Por Jorge Montoya*
Es un tema que hoy es claramente pertinente ¿Se deben aplicar subsidios a la vivienda?
En este momento de cambio de administración federal, que se van a delinear las políticas de gobierno para los siguientes seis años.
El tema de para mucho, se ha discutido mucho y se ha escrito mucho a través del tiempo, se han implementado políticas diversas en un sentido y en el otra, los subsidios han tenido diferentes modalidades en tiempos distintos.
Vamos a tratar de ponerle luz, y podemos empezar por plantearnos la siguiente pregunta ¿Cómo está la vivienda de interés social en nuestro México de hoy?
Aquí todas las respuestas se pueden resumir en una, prácticamente no se produce vivienda de interés social y la demanda cada vez es mayor, las personas que requieren de vivienda y que ni siquiera ganan lo suficiente para adquirir una, son un número muy importante de la pirámide económica.
¿Qué podemos hacer para que todo ese mercado desatendido pueda tener acceso a ese derecho consagrado en la constitución?
Claramente la respuesta no está en regresar al Infonavit constructor, al Infonavit que hacía todo, que buscaba terrenos, que diseñaba, que construía y que asignaba, y todo eso dentro de una gran opacidad.
El Infonavit se ha transformado en el tiempo y ahora es una gran institución financiera, con muy altas calificaciones por parte de las calificadoras internacionales, con acceso al mercado internacional de capitales, con capacidad de emitir bonos de vivienda que son muy bien recibidos… ¿Por qué asignarle funciones adicionales que pueden empañar su función central? Lo único que falta en este gobierno es que se le asigne al ejercito la construcción de las viviendas.
Los institutos de vivienda salvo en algunos casos aislados, tampoco han logrado resolver la gran problemática, la vivienda social prácticamente no existe.
Debemos de romper el círculo negativo de precariedad-falta de vivienda, el que los trabajadores de escasos recursos puedan tener acceso a una vivienda propia, más allá de que es un derecho, es un escalón, una plataforma de despegue, de conformación de patrimonio y estabilidad que les brinda a los trabajadores la oportunidad de aspirar con un soporte mayor a mejores estadíos sociales y económicos.
El subsidio a la vivienda social en definitiva puede solucionar en buena medida
La problemática, claro que no es un tema sencillo, requiere de un claro diseño para su implementación, debe ser claro y transparente, con reglas que apliquen a todos los actores, considero que debe de ser un subsidio al frente, lo que significa que se le otorga directamente al beneficiario para que lo aplique como primer pago de su vivienda. El monto de este subsidio corresponde al diferencial entre capacidad de pago del acreditado y el valor de la vivienda, lo demás del pago es un crédito con plazos y tasas acordes al objetivo, esto significa aumentar significativamente la capacidad de pago del acreditado-beneficiario.
Ahora sí el acreditado puede adquirir una vivienda, pero ¿Quién la debe diseñar, construir y ofrecer? Aquí la respuesta es la iniciativa privada, los desarrolladores, zapatero a tus zapatos, empresas que se dedican a eso, que ahora sí ya van a tener un gran mercado para colocar sus viviendas, con clientes con capacidad de pago correcta y se rompe el círculo negativo.
Los beneficios de esto son muchos, aparte de darle acceso a la vivienda a muchos mexicanos, sabemos que la construcción es un gran detonador de la economía que involucra a muchísimas ramas productivas involucradas.
Este gobierno se olvidó de tener una política clara de vivienda, se olvidó de todas esas personas que necesitan una vivienda, se olvidó de los subsidios. Es el momento y la oportunidad de proponer que se genere en torno a este tema una política clara y focalizada, que realmente solucione el problema, que destina recursos de manera directa, que no pierda de vista el objetivo de retomar la generación de vivienda social.
Entonces a la pregunta de ¿Subsidios sí? La respuesta es ¿Sí!
