El boleto del metro subirá a 5 pesos y ¿qué pasará con los que vienen del Estado?, ¿cuánto incrementará tu gasto semanal?, ¿qué harás para ahorrar?, ¿qué piensas de este incremento? Me parece una cosa de lo más vulgar
No me queda de otra que empezar con que dicha “iniciativa”, no es más que una burla a los usuarios quienes padecemos calor, malos olores, malos tratos, vagoneros, drogadictos, vómito en los pisos, retrasos, retrasos y más retrasos.
Sí, es cierto, este sistema de transporte capitalino es, sin duda, uno de los más baratos del mundo; pero sí lo comparamos con el de Estados Unidos, Alemania u otras partes del mundo, también nos daremos cuenta que es uno de los menos eficientes y más jodidos.
Es muy lamentable que este sistema por el que transitamos de un lado a otro la ciudad de manera económica, tenga que subir 66% su valor y que además subirá 150% en menos de 10 años. Me preocupa un poco lo que pasará con los sectores más vulnerables o con aquellos que vienen del Estado de México a trabajar o a clases.
¿Sabrá Joel Ortega cuánto le dará en la torre a los trabajadores de la zona metropolitana?
No es algo desconocido el tema de la corrupción en el sindicato del transporte colectivo, ¿dónde quedó lo recaudado en tres años con el aumento de un peso a la tarifa?, ¿en vagoneros, en mejor limpieza, en un servicio cada vez más deplorable? Ojalá la población se lo preguntará para así exigirle a las autoridades correspondientes una verdadera explicación.
También, ¿dónde quedó la propuesta de Miguel Ángel Mancera en la cual mejoraría el servicio del Metro sin subir el precio del boleto? Ahora la población, nos guste o no, pagaremos un boleto de 5 pesos, incrementando también en 66% nuestro gasto en transporte porque yo sí soy una usuaria activa del metro, precisamente, por lo económico.
Ahora bien, ¿cuánto incrementará mi gasto en transportes?, cada mañana de mi casa al metro más cercano gasto 6 pesos y después 3 más en el metro, de regreso son 3 del metro más 6 pesos de regreso a casa, si tengo que cubrir eventos mi gasto aumenta entre 5 y 13 pesos más, por día. Es decir, que diariamente gasto entre 18 pesos y 31 pesos en transportarme en la ciudad; lo que equivale a un gasto semanal de 90 y 155 pesos. Con el aumento del metro gastaré entre 110 y 175 pesos.
Y yo vivo en el Distrito, ¿qué será de aquellos que viven en el Estado de México o que vienen de Cuernavaca o de Pachuca a trabajar? Si el pasaje en el Estado es carísimo, de entre 8 y 18 pesos (hasta donde sé) gastarán mucho más de su salario sólo en transportes por venir a ganarse el sustento…
Me parece una mentada, una burla, una grosería lo que está llevando a cabo el gobierno capitalino y, por supuesto, una insensatez que la población no vaya a hacer nada,que sólo lo acepte así sin más.
El tema de la vigilancia y los vagoneros es todo un objeto digno de estudio: entras a tu vagón, te aprietas con todos los demás, de pronto se escucha “damita, caballero le traigo a la venta (producto de su elección), 10 pesos le vale, 10 pesos le cuesta, para el niño, para la niña” o un tipo que carga mejores bocinas que el auto de mi papá y que se escuchan mejor que las que tengo en casa y te ofrece el mp3 del artista de moda, o una recopilación de los mejores temas de los 60, 70, 80, de rock, de rock metal, de salsa, de cumbia andina, de pop o, por qué no, lo mejores éxitos de moda que no pueden faltar en tu fiesta, es decir, variado. O qué decir de las pomadas milagrosas “ExRay”, los chicles para el mal olor bucal, cepillos de dientes, guantes pa’l frío invernal o los insufribles amigos que creen que porque ellos están ciegos nosotros estamos sordos… en fin, tenemos tantas historias por compartir de este medio de transporte que no acabaría.
¿Y creen las autoridades que los van a quitar?, no nos crean ingenuos, ni a ellos tampoco porque se las han arreglado estos días para cubrir sus ventas. No es suficiente cambiar la policía, es necesario quitar la corrupción por parte de estos cuerpos de vigilancia y de los altos cargos del sindicato, incluyendo al señor Joel Ortega, que en cada vagón pudiera ir un policía para evitarlo.
Y, por cierto, invito a Miguel Ángel Mancera, Joel Ortega y demás compañía a que se suban un día al metro (sin sus guaruras) para que sientan lo que es amar a dios en tierra ajena, que sepan lo que es llegar tarde a sus trabajos, que sufran lo que sufrimos entre el túnel, apretados, pisoteados, aplastados; la impotencia de no subir al metro en Pantitlán, escuchar los gritos de cada vendedor, de cada parte musical a todo volumen, los invito y después de una semana, hablamos, señores.
Pero eso sí, ¡qué viva la ciudad! ¡Qué vivan sus gobernantes que tanto piensan en sus gobernados! Y, por supuesto, ¡qué vivan los agachones que de ellos será este infierno!