Habría que ver si más allá de la obviedad de dar mejor uso a los espacios subutilizados, Sheinbaum pretende dar un verdadero golpe de timón a su estrategia de desarrollo urbano y vivienda
Por Horacio Urbano*
A Claudia Sheinbaum le urge dar resultados y, sobre todo, buenas noticias. No hay que darle muchas vueltas; la pandemia y el resultado electoral han puesto bajo fuego a la jefa de gobierno, que ahora parece buscar respuestas en la reactivación de la economía y, en particular, de sectores productivos que habían estado muy lejos de las prioridades de su gobierno.
Sheinbaum anunció que está preparando un Decreto que deberá estar listo antes de 30 días y que tiene como objetivo facilitar la reconversión de oficinas en viviendas y activos inmobiliarios de usos mixtos.
Es adecuado y necesario. Sin embargo, lo fácil será hacer y publicar el Decreto, lo difícil será hacer los ajustes a las diferentes normativas relacionadas con este objetivo.
La lógica de la reconversión
Habrá que ver si la administración chilanga tiene la capacidad de flexibilizar sus instrumentos de uso de suelo y reglamentos de construcción. Habrá que ver si pueden tomar medidas que garanticen permisos y abasto de servicios básicos como agua y electricidad.
Y habrá que ver también si tiene la capacidad de alcanzar acuerdos con las tan temidas representaciones vecinales, para evitar que sean ellos quienes descarrilen esta intentona de Sheinbaum.
Y claro, más allá de lo dicho por Sheinbaum o del Decreto, también habrá que ver cuál sería la lógica de esa reconversión.
Habría que ver, si se trata de viviendas, a qué segmentos de población estarían dirigidas y bajo qué modalidades de ocupación, y cómo se suma esto a la actual dinámica del mercado.
Y lo más importante. Habría que ver si más allá de la obviedad de dar mejor uso a los espacios subutilizados, Sheinbaum pretende dar un verdadero golpe de timón a su estrategia de desarrollo urbano y vivienda.
Urge un Proyecto de Ciudad
Porque el tema no está en solo tomar un edificio de oficinas y decidir que ahora contendrá viviendas, por más que hoy enfrente bajos índices de ocupación y demanda.
El tema de fondo tendría que estar en reconocer la posible reconversión de oficinas en viviendas, como parte de una respuesta formal e integral al reto habitacional de la zona metropolitana de la Ciudad de México.
Y esto ya de por sí implica asumir el reto de una urgente pero hasta hoy insuficiente estrategia metropolitana…
Porque sí, está reconversión es necesaria, pero no como una ocurrencia desarticulada y coyuntural, sino como parte de un hasta hoy inexistente programa de desarrollo urbano y vivienda a la altura de los retos de la capital del país.
Reconvertir edificios implica revisar los retos sociales, urbanos e inmobiliarios de cada zona de la ciudad, de modo que en lo posible, hacerlo permita tomar esos metros cuadrados subutilizados para ubicar en ellos exactamente los activos que se necesitan.
Los riesgos de un Decreto
Esta reconversión debe además venir acompañada de ajustes a los planes de desarrollo urbano y uso de suelo que hagan posible tomar las ubicaciones, activos inmobiliarios y metros cuadrados a reconvertir, para complementarlos con lo que cada zona urbana requiere para cumplir con el papel que tendría que corresponderle como parte funcional de un todo.
La reconversión de oficinas -o fábricas, o estacionamientos- en viviendas no tendría que ser un nuevo balazo al pie de un proceso que permita que la ciudad cuente con un muy sólido proyecto de planeacion con escenarios de largo plazo y etapas debidamente planeadas encaminadas a cumplirlos.
Muy bien que la jefa de gobierno hable de la reconversión de oficinas en viviendas. Pero de nada sirve pretender arreglar con un Decreto algo que no tenga pies ni cabeza para ser viable.
Ahora queda esperar que lo haga bien, como parte de un proyecto integral muy bien estructurado y no sucumba a la tentación de limitarse a un Decreto que acabe por no funcionar.
*Horacio Urbano
Presidente de Centro Urbano