Cada año se requieren 40 mil nuevas viviendas para atender la demanda de la Ciudad de México. De ellas, debido al alto costo del suelo, a una regulación obsoleta y a lo caro y complejo que resulta obtener los permisos de construcción, apenas se hacen 10 mil.
Y la situación lejos de mejorar se agrava, provocando que ante la falta de oferta el precio de las viviendas se vaya al cielo…
Por esto resulta tan interesante que Procsa, la empresa que dirige Lydia Álvarez, anunciara el inicio de un proyecto de 826 viviendas, el más grande en su tipo que se realiza actualmente en la ciudad de los palacios.
El anuncio de Procsa se hizo en un contexto en que la firma anunciaba también el lanzamiento de su nueva marca, Idílica, y estrenaba oficinas corporativas, iniciando una nueva etapa en el ya largo camino que inició en 1960, cuando Carlos Álvarez, padre de Lydia, fundara la empresa.
No es casual que Procsa formara parte de la lista de las 100 empresas constructoras más grandes de México, que publicó hace unas semanas la revista Obras, parte de Grupo Expansión; ni es casual, que más allá de otros reconocimientos, la firma sea una de las dos del sector que han recibido una línea de crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Esta empresa, sin duda de las más importantes del sector a nivel nacional, y líder en el mercado de la Ciudad de México, ha emprendido un proceso de institucionalización que tiene entre sus vertientes un Consejo de Administración de primer nivel y una nueva marca, Idílica, que es su apuesta de cara al futuro.
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