Por Silvia Mejía Reza*
¿Cuántas veces pensamos en cuanta energía vamos a utilizar para hacer una vivienda, un parque, una avenida, una ciudad? ¿Cuánta agua vamos a consumir por día, mes o año? ¿Cuántos residuos se van a generar y cómo vamos a manejar de forma integral esos residuos para lograr su reciclamiento total?
Es una realidad que hacemos uso de los recursos naturales sin medición ni planeación previa. Como resultado estamos en situaciones críticas como la que hoy tenemos con el agua y la sobreexplotación de los acuíferos que hoy resultan en cortes frecuentes en muchas zonas de la ciudad para minimizar el consumo. El consumo de combustibles fósiles no es infinito, de ahí la importancia de introducir energías alternativas para sustituir el consumo de recursos y eliminar las emisiones de gases contaminantes provocadas por los mismos.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente PNUMA, ha iniciado una iniciativa global para el manejo de los recursos naturales de forma eficiente GI-REC. La iniciativa evalúa como utilizamos los recursos naturales en nuestras ciudades y en base a indicadores de medición proponer proyectos que permitan hacer más eficiente el uso y el consumo.
Evaluando la región Latinoamericana son muchos los retos para poder lograr un manejo eficiente de los recursos naturales. Siendo la región más urbanizada a nivel global, 80 por ciento de los residentes vive en ciudades, el reto es mayor por el consumo de recursos y la generación de impactos sobre el medio ambiente. Las carencias son significativas, por ejemplo la disponibilidad de datos que nos permitan conocer cuánto consumimos para establecer una línea base como punto de partida para evaluar las acciones y proyectos estratégicos a proponer.
Contar con un sistema de indicadores es prioritario para conocer dónde, cómo cuándo y cuánta agua, energía y suelo consumimos.
Existen ciudades como Tianjin, ciudad ecológica de Singapur y China que cuentan con un sistema de medición que fue establecido previo a la construcción de la ciudad. Tianjin se construye desde 2007 y desde su proyección fue visualizada como una ciudad armónica socialmente, ambientalmente amigable y con un manejo eficiente de sus recursos naturales para ser un modelo de desarrollo sustentable. Al finalizar su construcción en 2020 tendrá una población de 350 mil habitantes. Lo interesante es que el sitio destinado para la construcción de esta ciudad era un área de 30km2 con agua contaminada y residual.
La planeación y desarrollo de la ciudad fue concebida a partir de una serie de indicadores clave de desempeño (Key performance indicators KPI´S) que incluyen el desarrollo ecológico, económico y social de la ciudad. Estos indicadores fueron desarrollados por expertos de Singapur y China bajo los más altos estándares nacionales. En total son 22 indicadores cuantitativos y 4 cualitativos que miden la calidad del medio ambiente natural, el balance del ambiente creado por el hombre, las costumbres para una buena calidad de vida y las herramientas para generar una dinámica económica adecuada y eficiente.
Además de determinar cómo se quiere a largo plazo la calidad del aire, el agua tanto la potable como la de lagos y ríos, los niveles de contaminación auditiva, la cantidad de emisiones de GEI, también se determina que 50 por ciento de los residentes de esta Eco-ciudad deberán estar empleados en ella o la cantidad de residuos sólidos máxima que podrá generar cada hogar por día, y que 90 por ciento de los viajes hechos por la población deberán ser viajes verdes, es decir con medios no motorizados.
Determinar cómo queremos que funcione la ciudad es fundamental pero es más importante saber cuánto consumimos y qué consumimos si aspiramos llegar a ser una ciudad sustentable y eficiente. Para ello, antes de echar a andar proyectos, el primer paso es generar información confiable y disponible que nos ayude a determinar los escenarios tendenciales y las metas, solo así tendremos resultados reales.
* Maestra en Arquitectura y Urbanismo