Las Ciudades deben ser para los niños…
Y no es un posicionamiento cursi, es la visión sintetizada de lo que debiera ser un proyecto de ciudad que tenga como actor principal al ciudadano.
Porque si entendemos las implicaciones de hacer ciudades para los niños, será fácil entender que con ello estamos pensando en ciudades que puedan servir a todos… Y en forma muy especial a quienes por diferentes factores han sido y siguen siendo grupos vulnerables o mal atendidos.
Una ciudad para los niños tendría que privilegiar el espacio público… El cuidado del medio ambiente… La movilidad… Y el acceso a todo tipo de activos urbanos y culturales…
Tendría necesariamente que ser incluyente… Tendría que ser una ciudad que haga más fácil y amena en todos los aspectos la cotidianidad de los niños… Pero también de quienes tienen algún problema de movilidad… de los ancianos… de los ricos… y de los pobres.
Tendría que ser una ciudad pensada también desde una perspectiva de género… Porque no nos caería mal reconocer que las ciudades parecen haber sido planeadas por enemigos de las mujeres…
Así como tampoco nos caería mal entender que para revertir los efectos de décadas de desatención en materia de planeación y gestión urbanas no basta con asumir el rezago como un gran todo…
Es además indispensable analizar en forma muy específica en qué y cómo se han hecho las cosas mal, implementando una estrategia integral, que en lugar de totalizar resultados, detalle objetivos y resultados para cada uno de los aspectos que definen el deterioro urbano.
Las ciudades deben ser para los niños… Deben ser espacios seguros y amables, que propicien y fomenten la convivencia y el desarrollo…
Deben ser espacios en que los niños puedan andar en bicicleta y tener a distancias amables y caminables lo mismo una heladería, que un parque, la escuela… O el trabajo de sus papás.
Imaginen que las ciudades fueran hechas para los niños…. Podemos estar seguros de que si así fuera, serían mejores lugares para todos… Y dije todos…