Hablábamos en columnas pasadas de la necesidad de reinventar las ciudades, de regenerar los espacios al interior de las urbes y aprovechar los terrenos subutilizados. Todo esto, con la mira de atender los grandes retos, entre ellos la vivienda y, sobre todo, poner un freno a la expansión.
En este contexto, valdría la pena comenzar a poner sobre la mesa ideas concretas para guiar el camino e iniciar la construcción de estos planes a largo plazo de los que tanto se ha insistido; y una de esas ideas que se asoman en el panorama tiene que ver con impulsar el desarrollo de vivienda orientado al transporte.
En semanas pasadas tuve la oportunidad de asistir a un encuentro entre el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés) y vivienderos. Esta organización trae en su agenda poner al centro del análisis el tema central de esta columna, que se perfila como una solución a los problemas de ciudad.
La visión de desarrollar vivienda orientado al transporte tiene la virtud de coincidir con los preceptos de la Nueva Agenda Urbana, esa que establece como objetivo consolidar ciudades compactas, en donde la vivienda esté bien ubicada. Además, que se inserta muy bien en esta logia que, en afán de reinventar la ciudad, se busquen los espacios cercanos al transporte, y que a la fecha no son los suficientemente explotados, para regenerarlos y se puedan ocupar para proyectos habitacionales.
Sin duda, la idea en términos generales suena muy atractiva. Y también no se puede negar que muchos empresarios hoy buscan desarrollar sus proyectos cerca de la infraestructura de transporte. En la capital uno de los ejemplos es Quiero Casa, que precisamente se ha sumado fuertemente a esta visión. Sin embargo, valdría la pena estudiar como potenciar el modelo.
Como planteamiento inicial, consideró que estudiar el modelo y tomar como punto de partida la idea de transporte y vivienda va muy en línea con lo que se busca: elevar la calidad de vida de las familias. Sería una gran oportunidad integrarlo de manera seria al debate, diseccionarlo y analizar el alance que podría traer para la capital mexicana.
Y la idea que debe partir con este precepto tiene que ser el de lograr vivienda para los segmentos de bajos salarios, esa que vale menos de 500,000 pesos. Porque también hay que reconocer que sí se construye vivienda cerca de transporte y fuente de empleo, y servicios, céntricas, pero que está muy alejada de la posibilidad de ser adquirida, ya no por personas de bajos ingresos, sino una inmensa población capitalina.
Una realidad tiene que ver con el hecho que para que los desarrolladores puedan apostar seriamente a la idea de vivienda orientada al transporte se necesita un marco normativo excelso: normas que en, primer lugar, generen las condiciones para detonar vivienda barata, que incentive a los empresarios a que no se vean tentados por construir vivienda cara y, sobre todo, establecer los parámetros para vigilar que la vivienda social sí tenga el precio de vivienda social y no sean arrasadas por el mercado y se inflen los precios.
Y es que desarrollar vivienda orientada al transporte sería una solución ideal para las familias de bajos ingresos. Si bien la dinámica del mercado dificulta que se pueda construir vivienda en los centros para este segmento, pugnemos por construir vivienda en torno a la infraestructura de transporte, con lo que las familias puedan desplazarse sin invertir mucho tiempo de su vida.
Me quedo con la frase que me dijo Santiago Fernández, director de Desarrollo Urbano del ITDP, en una charla que tuve con él:
“La infraestructura del transporte puede ser la médula alrededor de la cual impulsemos la reestructura de nuestras ciudades y realmente las volvamos a tejer”.
Y en casos como la Ciudad de México, en donde el reto es muy grande por la compleja telaraña que se ha entramado, basta traer a cuenta el ejemplo de transportes eficientes como el Tren Suburbano. ¿Imaginen que se pueda impulsar un programa muy ambicioso de vivienda en torno a la red de este transporte, que permita a los habitantes del Estado de México que trabajan en la CDMX trasladarse de manera óptima?
Pues esa podría ser la formula correcta para avanzar en la zona Metropolitana, la combinación de servicios de transporte eficientes, con proyectos de vivienda social.