92% de las mujeres mexicanas quieren o tienen hijos, ¿Qué pasa con el 8% restante en una sociedad de madres?
En más de una ocasión me he topado con jóvenes que ya no tienen aquel sueño de casarse y formar una familia. Cada día me encuentro con más personas que comparten conmigo el ideal de una vida sin hijos, pañales, preocupaciones y la necesidad de reproducirse; claro está que no todos, aún tengo conocidos que lo desean y que pronuncian palabras como “loca” o “insensible” cuando comento que yo, nunca me vería embarazada y cuidando un niño.
La realidad es que no soy la única que lo piensa, pues desde la década del 2000, las tasas de nacimientos en Europa, Estados Unidos y algunos países de América Latina, han disminuido, y es que la gente de entre 25 y 35 años busca desarrollarse profesional, personal y económicamente antes de comprometerse con la responsabilidad de ser padres.
¿A qué se debe? Principalmente, a la revolución de los sexos. Las mujeres ya no ven la maternidad como una obligación, sino como una opción. Ejemplo de ello es un censo realizado por la Oficina Nacional de Estadística de Reino Unido, el cual indica que en aquel país, una de cada cinco jóvenes elige no ser madre; y una de cada tres con título profesional, no tiene hijos.
Algunos expertos afirman que más que una necesidad biológica o “instinto”, la maternidad es algo cultural. En el caso de México, una de cada diez mujeres decide no tener hijos, según un censo del Colegio de México; es decir que el 92% de las mujeres mexicanas son madres, razones suficientes como para escuchar por horas, sermones de tus tías y amigas de lo bonitos que son los bebés.
“Después te van a dar ganas”
Espero que no. Otro de los factores, es el miedo a la responsabilidad. Muchas veces me pongo a pensar «¿Qué demonios haría si tuviera un hijo?», además de no dormir como suelo hacerlo, salir cada que se me da la gana o gastar equis cantidad de dinero en comida chatarra o cosas que en realidad no necesito.
“Quererlo y disfrutar de los placeres que te ofrece el ser madre”, dice mi mamá, que claramente decidió tener hijos, de lo contrario no estaría aquí. La realidad es que a mí simplemente no me gustan los niños y no me veo con uno. Es cierto que tengo sobrinos, juego con ellos y los cuido cuando se presenta la ocasión, hasta que lloran, hacen popó o quieren comer; lo que en palabras de mi hermana, me convierte en una pésima futura madre.
Sea como sea, la situación está ahí, presente y haciendo ruido en una sociedad que te tacha de “egoísta”, “cruel”, “inmadura”, “loca” (y demás adjetivos), cuando comentas que no quieres dar vida a alguien más. Solo me queda decir que, en muchas ocasiones, las mujeres son más felices sin hijos, viviendo sus vidas y disfrutando de todo aquello por lo que se ha trabajado, o ¿De qué me servirían los cuatro años que pasé en la universidad si no puedo ejercer mi carrera como quiero?
En fin, solo es mi opinión, y si tú quieres tener hijos, ¡ADELANTE