Por Jaume Molet Pérez.
Iniciando el cuarto mes del 2018 el proceso electoral que impactará nuestras vidas y actividades durante los próximos meses el sector inmobiliario mexicano comienza a hacer los recuentos de lo logrado en los últimos seis años.
Así, la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) difundió que al cierre de la actual administración sus miembros habrán invertido lo doble de lo proyectado en el ya lejano 2012: 36 mil millones de dólares en 584 proyectos en una superficie de 65 millones de metros cuadrados.
Los proyectos abarcan a todos los subsectores inmobiliarios: residencial, comercial, corporativo, turístico y el nuevo combo ganador, los usos mixtos, tendencia que se afianzó a lo largo de estos seis años y que hoy forma parte integral de las fuertes apuestas en el desarrollo inmobiliario mexicano presente y futuro.
El otro gran organismo del sector de los bienes raíces, la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) ha dado a conocer que en 2018 se proyectan entre 7 mil y 8 mil millones más de inversión, razón por la cual se espera cerrar el año con un crecimiento del 4% a nivel nacional mientras que para algunas regiones como el Bajío y la Riviera Maya y Nayarita está cifra podría ser del 6 o 7%.
Para Lamudi.com.mx la estabilidad macroeconómica de México, el hecho de que en lo que val del siglo XXI se haya invertido en infraestructura como nunca en la historia, la diversidad de opciones, son algunas de las razones por las que la inversión en el sector inmobiliario ha logrado tal despunte en estos seis años.
La Asociación de Inversionistas Extranjeros en Bienes Raíces (AFIRE por sus siglas en inglés) ha calificado a México como uno de los mercados más atractivos para invertir en bienes raíces pues el equilibrio del mercado de la vivienda, la alta demanda y la oportuna respuesta de los creadores de oferta lo hacen sumamente fecundo y con activos altamente rentables.
El país ha apostado por su conectividad, por elevar sus niveles de competitividad y la atracción de más Inversión Extranjera Directa (IED) ha permitido que el sector inmobiliario aporte ya 15% del PIB a nivel nacional, no sólo eso, la inversión en el desarrollo de nuevos inmuebles viene sosteniendo al sector de la construcción en un momento en que la inversión en obra pública está cayendo y los precios de los materiales continúan al alza.
Fibras, pool de rentas, crowdfunding son algunos de los esquemas que permiten tanto a los grandes inversionistas como a los medianos y pequeños acceder a la inversión que la consultora McKinsey & Company ha calificado como la de mejor retorno histórico y en México esto tiene una gran dosis de verdad pues la Sociedad Hipotecaria Federal ha divulgado que en 2016 la plusvalía que generó la vivienda a nivel nacional fue del 7.55%, detallando que en los últimos años el promedio es de 6.7% de incremento anual.
Al aproximarse el cierre de una administración que cultivó una buena y fructífera relación con el sector inmobiliario, el sector inmobiliario ha asegurado que no está nervioso por la llegada de cualquiera de los candidatos a la Silla Presidencial pues ha logrado fincar las bases necesarias para que la dinámica establecida continúe fluyendo en la búsqueda por dotar a las ciudades mexicanas, a las familias mexicanas de los inmuebles que requiere y demanda.
En Lamudi estamos convencidos de que así será y que, trabajando con transparencia, buscando un crecimiento consciente el sector inmobiliario mexicano se volverá a posicionar como uno de los que lideran el desarrollo del México moderno.
Jaume Molet Pérez es egresado de la Universidad Politécnica de Cataluña obteniendo el título de Ingeniero industrial. Por más de 10 años, Jaume ha sido consultor de estrategia y operaciones en grandes firmas de nivel internacional como AT Kearney, desarrollando estrategias de negocio para las firmas en Alemania, Reino Unido, Arabia Saudita y México, en el mercado Latinoamericano. Actualmente Jaume es Director General para Lamudi México.
