Por Lic. Héctor Galeano Inclán*
¿Tienes una casa, departamento, terreno, auto o negocio? Entonces es necesario que hagas un testamento y cuanto antes mejor; ya que aunque no nos guste pensar en la muerte, es un acontecimiento ineludible que puede tomarnos por sorpresa.
El testamento público abierto es un acto por el que una persona designa, ante un notario, a las personas que a su fallecimiento serán dueños de sus bienes y propiedades, convirtiéndose así en los legítimos herederos de su patrimonio.
El notario podrá asesorarte sobre la manera jurídicamente correcta de expresar tus deseos para después de la muerte y también qué es lo que más conviene para tu familia y la subsistencia de tus negocios.
Hay dos formas de disponer sobre el patrimonio en el testamento:
- A título universal, lo que significa que los herederos designados por el testador son quienes van a recibir la herencia en las proporciones o porcentajes que el propio testador haya decidido.
- A título particular, cuando se quiere dejar un bien específico a una persona determinada, que se conoce como legatario, debiendo precisarse los datos del bien que se va a dejar en el legado. El legatario es, entonces, quien recibe un bien particular, un objeto determinado o una cantidad de dinero específica.
En caso de no otorgar testamento, tu familia deberá recurrir, a tu muerte, a una sucesión intestamentaria, en la que la ley suple la voluntad del fallecido con lo que considera es la voluntad de una persona promedio, lo que podría poner en peligro la estabilidad de tu familia y la subsistencia de tus negocios; e incrementa considerablemente los gastos de sucesión.
El testamento es un tema más que de riqueza, de responsabilidad, pues no importa si los bienes son muchos o pocos, el proceso para la adjudicación de los herederos es el mismo. Consulta a tu notario de confianza para que te asesore en forma gratuita sobre este tema.
*Presidente del Colegio Nacional del Notariado Mexicano
@notariadomex
