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Los beneficios empresariales y sociales de la remodelación de edificios

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*Por Tony Gebara

En el sector inmobiliario solemos hablar de los grandes proyectos como sinónimo de progreso, sin embargo, hay que dar una mirada más allá de los nuevos desarrollos. Cada vez es más evidente que las oportunidades sostenibles y con mayor impacto están en los edificios que ya existen.

Remodelar un inmueble no solo es una apuesta de negocio rentable, también es una estrategia que transforma colonias, reactiva comunidades, construye ciudades más humanas y en ciertos escenarios, permite afrontar el reto de tener nuevas viviendas en menos tiempo y con mejor costo/beneficio para el usuario final.

En este contexto, desde Rakennus podemos decir que, efectivamente, existen beneficios empresariales claros e incluso inmediatos, por ejemplo, los tiempos de salida al mercado son más cortos, ya tienes la estructura y esto reduce la curva de ejecución de un proyecto versus uno que tiene que empezar desde cero.

Las bondades económicas y la famosa tramitología, también se tienen que destacar, para la remodelación se requiere una menor inversión en obra civil, además, al trabajar sobre un inmueble existente, los permisos suelen ser más ágiles, quitando un peso de encima y al que regularmente se enfrentan los desarrolladores al iniciar una obra desde sus cimientos.

Se tiene que considerar que los edificios antiguos existentes, pensando de 30, 40 años, tienen una ubicación privilegiada, consolidada, comprobada y deseada por la demanda actual, lo que origina que la velocidad de colocación del inventario sea mucho más ágil y por ende atractiva para cualquier inversionista derivado de los retornos de inversión.

En pocas palabras, remodelar es capitalizar lo que la ciudad ya nos da: ubicación, historia y mercado.

Pero lo realmente poderoso de la remodelación es lo que ocurre alrededor. Cada edificio recuperado es un pedazo de ciudad que vuelve a respirar. Donde antes había abandono, inseguridad o deterioro, aparece movimiento, empleo y vida comunitaria.

Cuando un inmueble se transforma, también lo hacen sus alrededores, mejora la percepción de seguridad, se eleva la plusvalía de los vecinos y se atraen comercios de barrio que fortalecen la identidad y consumo local. Así, la remodelación se convierte en un catalizador silencioso del desarrollo urbano mejorando la calidad de vida de quienes habitan en la colindancia y al mismo tiempo genera un círculo virtuoso de valor económico.

En la experiencia obtenida en Rakennus, los proyectos más exitosos son los que logran equilibrar estos dos mundos, la rentabilidad y el propósito. Sí, los números importan, todos buscamos retornos sólidos, pero cuando esa rentabilidad se traduce en mejores ciudades y en orgullo para los habitantes, el círculo se cierra exitosamente. Eso es lo que realmente deja huella: un modelo de negocio que construye legado y perpetuidad sin olvidar sus propósitos.

Hoy más que nunca el futuro de nuestras ciudades no depende solo de cuánto construyamos hacia afuera, sino de cómo aprendamos a mirar hacia adentro, a los edificios que ya están ahí, esperando una segunda vida en beneficio de las grandes ciudades y como alternativa a los retos de vivienda que afronta la nueva generación ansiosa de un hogar.

La remodelación no es solo una oportunidad inmobiliaria. Es una forma de reconciliar negocio, ciudad y comunidad. Una apuesta que genera valor hoy y que deja herencia para el futuro inmediato.

Las estructuras están, la convicción es latente, el modelo es rentable y la sociedad lo demanda; los elementos se están conjugando favorablemente para tener más vivienda, con mejores costos, calidad inmejorable y en zonas de alta demanda social.

*Tony Gebara

Director general de Rakennus

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