Por Jaume Molet Pérez
Hay dos situaciones respecto a la vivienda en México, que me causan mucho ruido; la primera es que según datos oficiales en el país existen en 5 millones de viviendas en estado de abandono.
La segunda, es que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó que actualmente existen más de 73 millones de mexicanos que se encuentran excluidos del mercado formal de vivienda, esto quiere decir que millones de personas no pueden acceder a algún tipo de crédito para adquirir un hogar.
Abordemos el primer tema, ¿por qué se encuentran deshabitadas estas 5 millones de casas?
Se dice que en muchos casos los propietarios las desalojaron porque estaban huyendo de la violencia , ya que estas casas se erigieron en zonas inseguras que ponían en peligro sus vidas y las de su familia; en otros casos las viviendas fueron construidas en zonas inadecuadas, lejos de centros de trabajo y sin una infraestructura en transporte y sumado a esto en la mayoría de los casos no contaban con los servicios básicos.
Una situación particularmente alarmante es que las autoridades no tienen idea de la ubicación exacta de todos los inmuebles y también desconocen cuántos son en totalidad.
A partir del año 2000 el gobierno en turno aplicaron una política de construcción de viviendas que abarcaría todo el país. Sin embargo, estos desarrollos no contaron con un estudio que respaldara su construcción, por ejemplo no se tomó en cuenta la cercanía a los trabajos, equipamientos, usos mixtos o espacios públicos, ni siquiera se tomó en cuenta si se podrían instalar servicios básicos como agua o electricidad.
Hubo incluso viviendas que se edificaron en zonas totalmente inadecuadas, como pantanos; por ejemplo en Tabasco se construyeron conjuntos habitacionales que sufren de inundaciones en época de lluvias, según los expertos, estas casas ni siquiera debieron construirse en esa zona pero fueron autorizadas por gobiernos estatales y municipales.
Otra de las razones que influyó en el alto número de casas deshabitadas es el desplazamiento masivo a causa de la violencia, lo que comienza a generar un círculo vicioso: si hay una casa deshabitada, se suma una segunda y luego una tercera, entonces los vecinos que permanecen comienzan a sentirse inseguros, esta sensación aumenta cuando las casas deshabitadas llegan a ser invadidas.
Hasta ahora se desconoce qué es lo planean hacer las autoridades al respecto, aunque en varios medios se ha dicho que lo más seguro es que la mayoría de estas viviendas sean demolidas y quizá algunas otras serán rescatadas, pero tal vez esta situación se hubiera podido evitar si se hubiera hecho el análisis correcto para saber qué tan viable era construir en dónde se construyó, ¿hubo corrupción de por medio? lo más seguro es que si.
Por otro lado, en cuanto al tema de los 70 millones de mexicanos que no pueden adquirir una vivienda puedo empezar por decir que bajo el modelo actual, los créditos hipotecarios que otorgan los fondos como el Infonavit) y Fovissste resultan inaccesibles para los mexicanos que no perciben ingresos mínimos equivalentes a cinco salarios mínimos.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha informado que aún cuando una persona que no perciba estos cinco salarios mínimos logre conseguir un crédito hipotecario, podría llegar a pagarlo en 30 años, un aumento de 9 años del tiempo que se había proyectado en 2015.
Otro elemento que impide que estos millones de mexicanos puedan tener un crédito para adquirir una vivienda son las fallas que existen en la entrega de créditos hipotecarios.
Según el estudio Diagnóstico del Derecho a la Vivienda Digna y Decorosa 2018, la mayoría de los apoyos a la vivienda no se destinan a las entidades con mayor nivel de rezago de vivienda ni a las poblaciones necesitadas.
En 2015, señala, Infonavit entregó 542 mil 345 créditos hipotecarios en el País, pero estados como Nuevo Leon, Morelos y Chihuahua concentran cerca del 30 por ciento. En contraste, los cinco estados con la mayor proporción de población y de personas por debajo de la línea de pobreza por ingreso obtuvieron únicamente el 5.3 por ciento de los créditos, estos estados son Chiapas, Puebla, Oaxaca, Guerrero y Tlaxcala.
Como decía, estas situaciones me parecen ser los extremos de un gran problema de vivienda que definitivamente no es nuevo y es algo a lo que se le tiene que poner solución, ambos parecen ser resultado de la corrupción y aparentemente se resolverá en el momento en que tanto las autoridades como las entidades financieras se pongan de acuerdo para garantizar a los mexicanos el derecho a una vivienda digna.
Jaume Molet Pérez
Director General para Lamudi México
Twitter: @LamudiMX
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Jaume Molet Pérez es egresado de la Universidad Politécnica de Cataluña, en donde obtuvo el título de Ingeniero Industrial. Por más de 10 años, Jaume ha sido consultor de estrategia y operaciones en grandes firmas de nivel internacional como AT Kearney, desarrollando estrategias de negocio para las firmas en Alemania, Reino Unido, Arabia Saudita y México, en el mercado Latinoamericano.