Dijo que las inversiones inmobiliarias son fundamentales, pero debe garantizar el derecho de todos a la ciudad
“La Ciudad de México requiere ordenamiento y planeación urbana con criterios sociales que promuevan la sustentabilidad y la equidad, que rescaten y potencien el espacio público y el patrimonio cultural con la participación de sus habitantes. Además, la labor de la iniciativa privada es necesaria y fundamental en el desarrollo de la capital, pero en un esquema de planificación urbana que garantice la sustentabilidad y el derecho de todos a la ciudad”, destaca la plataforma de Claudia Sheinbaum, respecto a desarrollo urbano, vivienda y espacio público.
De acuerdo con el documento de la candidata de la coalición ‘Juntos Haremos Historia’, para llevar a cabo esto, con la participación ciudadana, se debe implementar un nuevo Programa General de Ordenamiento Territorial y nuevos programas de desarrollo urbano en las alcaldías, en los que se establezcan los usos, ocupación y formas de aprovechamiento del suelo y del espacio urbano.
Así como las características de las edificaciones, transferencia de potencialidades de desarrollo urbano y el impulso de la vivienda de interés social. Además, se tiene que instrumentar la consulta pública vinculatoria para la autorización de las manifestaciones de construcción de alto impacto.
“Se tiene que garantizar que los pagos asociados a la mitigación de desarrollos inmobiliarios sean aplicados para la infraestructura urbana y la promoción de áreas verdes y espacio público. También se debe fortalecer el Instituto de Vivienda (Invi) para fomentar la vivienda de interés social digna e innovadora que disminuya la huella ecológica en su construcción y operación e implementar 100,000 acciones de vivienda”.
Aunado a esto, se debe establecer una política que atienda a los asentamientos humanos irregulares para evitar su crecimiento, mejore las condiciones de sus pobladores, además de proteger el suelo de conservación.
Por lo que los asentamientos humanos deben ser sustentables y establecer nuevos esquemas de posesión. Dicha estrategia debe acompañarse de apoyos para el campo, reforestación y conservación de recursos naturales que eviten la venta de terrenos para su urbanización, así como de esquemas que aseguren la vivienda social en otras zonas de la capital del país.
“Esto no se podrá hacer sin el fortalecimiento de la Dirección General de Regularización Territorial (DGRT), así como sus instrumentos para que en el suelo urbano se proporcione certidumbre jurídica a miles de familias que aún no cuentan con ella”, detalla la plataforma.
Respecto al espacio público, continuará con el rescate del Centro Histórico y mejoramiento de los centros históricos de alcaldías, barrios y pueblos originarios. Al igual que la mejora de campos y módulos deportivos como espacios públicos no lucrativos, a través del mejoramiento de su infraestructura y promoción del deporte comunitario.
En cuanto a las alcaldías con menos proporción de áreas verdes, se construirán parques y espacios públicos, lugares que tendrán acceso universal; se continuará el rescate y mantenimiento del Bosque de Chapultepec, del Bosque de Aragón y del Parque de los Coyotes.
“Se restaurará, con el apoyo de biólogos y ecólogos reconocidos, la Sierra de Santa Catarina, la Sierra de Guadalupe y una parte del Parque Ecológico de la Ciudad de México, Canal Nacional para convertirlos en espacios abiertos al uso recreativo y a la educación ambiental. Así, mientras se fomenta la conservación. En México y en diferentes países, las Áreas Naturales Protegidas permiten el turismo y la convivencia para beneficio de los recursos naturales y de la población”.
Finalmente, Claudia Sheinbaum aseguró que esto es urgente aplicarse debido a que en la Ciudad de México, durante los últimos años, se ha dado un crecimiento acelerado de edificaciones para vivienda, oficinas y centros comerciales, que no ha ido acompañado ni por servicios y espacios públicos dignos, ni por infraestructura para la movilidad.
“El esquema de crecimiento se ha basado en muchos casos en la privatización del espacio público y en la indiferencia frente a la opinión de los ciudadanos. La promoción de la vivienda ha sido principalmente para personas de altos ingresos, esto provoca procesos en los cuales la población original de un sector o barrio es progresivamente desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor”.
Incluso este desplazamiento acelera la ocupación de suelo en zonas de riesgo y en asentamientos irregulares sobre el suelo de conservación.
“Por lo que es fundamental modernizar al Invi para resolver la carencia de espacios habitacionales y eliminar el clientelismo político y el negocio. El espacio urbano no puede estar al servicio de los intereses del desarrollador inmobiliario, de la corrupción de los gobernantes y de la planificación del desarrollo con programas externos que no reconocen el derecho de los ciudadanos a la planeación participativa de sus colonias, barrios y pueblos”.