Alumnos de la ESIA Tecamachalco diseñaron un prototipo de vivienda económica, de fácil transportación y fácil armado, que solventa cualquier problema surgido por un fenómeno natural
Durante el 5to Congreso de Arquitectura del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México – Sociedad de Arquitectos Mexicanos (CAM-SAM), se llevó a cabo la ceremonia premiación del concurso estudiantil ‘Vivienda Emergente 19S‘, en el cual resultaron ganadores estudiantes de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura Unidad Tecamachalco, del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
En entrevista para Centro Urbano, los estudiantes destacaron que este proyecto surgió a raíz de las necesidades que pudieron notar durante las brigadas que se llevaron a cabo tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, en donde observaron la urgencia con que tenían que ser atendidas las familias que perdieron sus viviendas.
«Lo que alcanzamos a percibir es que la gente quería una respuesta rápida, porque para ellos la seguridad de su familia es lo más importante, y eso es lo que pretendimos lograr con este proyecto», detalló una de las alumnas.
«Un beneficio que tuvimos fue que con el equipo que se formó pudimos colaborar desde el día cero en la Ciudad de México a ayudar a las personas afectadas por el sismo. Yo creo que eso fue fundamental y eso nos ayudó mucho a entender la problemática de todo esto. A partir de ahí una problemática que encontramos fue la desorganización de manera general, pero fuera de eso, todo lo demás fue bastante bueno, la coordinación, el apoyo. Estuvimos alrededor de 200 personas del Politécnico ayudando».
Los retos y desarrollo del proyecto
Los ganadores del concurso dijeron que uno de los principales retos que enfrentaron al desarrollar este proyecto fue que éste cumpliera con las características para atender una emergencia en el mejor tiempo posible. «La idea surgió con la intención de crear un prototipo para satisfacer todas las necesidades posibles, que fuera de fácil transportación y que pudiera solventar cualquier problema o necesidad surgida por cualquier fenómeno natural.
«Comenzamos a pensar cómo podíamos solventar tanto el transporte como la producción en masa, que es ahora lo que estamos buscando, poder producirlo en masa y hacerlo llegar a muchos lugares como Morelos, la Ciudad de México e incluso Sinaloa si se presta la posibilidad, y para poder llegar a todos los afectados en tiempo y forma, que ese es el principal objetivo del proyecto».
Los estudiantes resaltaron que desde que crearon el prototipo, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se interesó por dicho proyecto, por lo que lo va a exponer en la Semana de la Ciencia y Tecnología del 22 al 26 de noviembre, en el Zócalo de la CDMX, lo cual pude beneficiar a muchas familias, sobre todo en los lugares ya mencionados.
«Parte de las instrucciones que teníamos en el concurso era no divulgarlo, pero cuando nos vieron trabajar con la maqueta en el mismo IPN, hubo una doctora que vio el proyecto y nos contactó con Conacyd. A partir de ahí, el proyecto se va a iniciar ya físicamente la próxima semana, y una vez iniciado ya hay empresas interesadas para construir algunas. El primer lugar donde se donarán estas viviendas emergentes es Jojutla porque ahí hay algunas familias que todavía viven en la calle».
Por otra parte, los encargados del proyecto dijeron que durante la exposición en el Congreso de Arquitectura del CAM-SAM, el secretario de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) vio el proyecto y comentó que, dentro de las memorias para el nuevo gobierno, sería importante generar estas viviendas, ponerlas en stock y tenerlas listas para cualquier eventualidad porque son ligeras, de fácil transportación, económicas, resistentes a cualquier clima y cualquier persona las puede armar.
«Estas viviendas son fáciles de construir, caben 12 en un tráiler y las pueden armar de 3 a 4 personas. Es una vivienda prefabricada porque se hizo de tal forma que los módulos se repitieran consecuentemente y permitieran un fácil montaje. De eso se trata la vivienda emergente, que así como está la catástrofe se puedan resolver las necesidades de vivienda que en ese momento surgen, como lo vimos el pasado 19 de septiembre».
Vivienda económica
Uno de los motivos por el que los estudiantes decidieron emprender el proyecto fue porque se dieron cuenta que podían reducir los costos. «Empezamos a buscar los materiales, se trata de reciclar madera, que son tarimas para poder tener un firme, acero para poder hacer los tubulares, el tubular incluso se utiliza en instalaciones, este es muy resistente y no se corroe. Hasta ahorita el precio del acero se ha mantenido estable y eso es lo que nos beneficia, que se pueda hacer en masa, se compra el acero por toneladas y eso reduce un poco el costo de lo que podemos hacer.
«La cubierta está hecha de una lona reforzada y también se puede producir en masa y a bajo costo, además que tiene gran durabilidad, más que nada nos fijamos en que no se producieran tantas uniones, porque eso es lo que incrementa el costo, por eso tratamos de bajarlo a través de los ensambles, para que la gente los pudiera realizar por su propia cuenta».
De acuerdo con los ganadores, en una comparativa muy rápida, el Fonden otorgaba 120,000 pesos para una vivienda, aunque todo dependía de la mecánica de suelo y a veces las viviendas no cumplían las necesidades. «Nosotros empezamos a hacer algunas investigaciones a nivel nacional de cuánto costaban las viviendas y encontramos algunas de hasta 60,000 pesos, pero nosotros pensamos que se podía reducir aún más el costo, podemos hacer una vivienda de fácil construcción y que esté muy bien estructurada.
«Empezamos a buscar algunos módulos de acero redondos, quitándoles peso, con lona muy rígida de uso rudo y muy económica, y a partir de ahí dijimos que esa sería la estructura buena, y a la hora de hacer la cuatificación y de diseñar todos los herrajes, poner las piezas de madera en la parte de abajo y nos dimos cuenta que nos salía en 25,000 pesos. Eso fue lo que hizo que decidiéramos decir que ese era el proyecto bueno».
Además de ser ocupado como vivienda emergente, este proyecto se hizo pensando que podría ser multifuncional. «Ahorita lo presentamos como vivienda pero también puede utilizarse como un área para cocinar, un área de reunión, un área recreativa, tiene muchas funcionalidades y puede aumentarse la escala si se necesita una mayor capacidad de personas y esa es una cosa de las que pretendimos lograr, que fuera un espacio de amplia utilidad y que no sólo fuera un espacio para dormir sino que las personas realmente pudieran disfrutar, en donde se sintieran seguras y protegidas».
Los encargados del proyecto fueron Jenifer Rubí Pazos de la Cruz, Myriam González Crisóstomo, Daniel Flores Corona, Víctor Cruz López y Edwing Jiovanny Martínez de la Cruz, asesorados por el profesor Manuel García Zayas, de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Tecamachalco.