Aconsejan que para el futuro de México, un país con alto riesgo sísmico, hay que poner énfasis en las áreas de emergencia de los inmuebles
Durante el encuentro ‘7S/19S Sismos y Estructuras Resilientes, lecciones aprendidas, conciencia y prevención’, especialistas nacionales y extranjeros analizaron los efectos de los terremotos del pasado mes de septiembre en el mercado de bienes raíces. Este evento fue organizado por Urban Land Institute (ULI) y Langan International.
Los estudios, realizados después de los temblores, concluyeron que de los 44 edificios colapsados, 80% tenían mala estructuración, 90% fue construido antes de 1985 y hay más de mil 800 propiedades seriamente dañadas, en su mayoría residenciales.
En el sector corporativo, comercio, usos mixtos e industrial existen 35 inmuebles que enfrentan riesgos de colapso y otros daños importantes, seis de ellos registraron derrumbes.
Los participantes, apuntaron que en algunos de los casos de derrumbe que se dieron en inmuebles que tenían losa plana y presentaban irregularidades en la construcción, por estas razones, en la reunión destacaron que deben de revisar los códigos de construcción para permitir mayor seguridad.
Asimismo, recomendaron que para el futuro de México, un país con alto riesgo sísmico, hay que poner énfasis en las áreas de emergencia, ya que la mayoría de los cuerpos fueron rescatados en escaleras y salidas de emergencia, las cuales están diseñadas para evacuar en caso de fuego y no un terremoto.
“Deben de añadir a los códigos de construcción un apartado sobre las áreas de resguardo en los inmuebles ante los siniestros como sismos, ya que la mayor parte de cuerpos rescatados siempre son en escaleras, mientras que la gente que logra sobrevivir de los escombros está localizada en otras partes de los inmuebles”, afirmó un socio de la firma de abogados, Haynes & Boone, Héctor Herrera Ordóñez.
“México nuevamente se unió ante estos hechos y nos recordaron que es un país con alto riesgo sísmico, por lo que la única forma de amortiguar el impacto de estos eventos catastróficos y súbitos es a través de la conciencia y la prevención”, dijo la Presidenta de ULI México, Blanca Rodríguez.
El director de Gómez Vázquez International, Juan Pablo Vázquez, manifestó que hay que construir edificaciones sanas, que los proyectos arquitectónicos sean sustentables económica, ecológica y socialmente, propuso crear una certificación ‘Safety’, similar a la LEED, para garantizar la seguridad.
En cuanto a los temas de regulación ante eventos sísmicos en el Sistema Jurídico de la Ciudad de México, advirtieron que la gente se quedó con la sensación de que hay impunidad y muchos de los problemas ocasionados por el terremoto no han sido resueltos, por lo que debería analizarse más el tema de sanciones a desarrolladores y propietarios de inmuebles.
Propusieron una mayor obligación a los arquitectos e ingenieros para un trabajo en conjunto y construir a través de un compromiso, ya que muchas de las veces los Directores Responsables de Obras (DRO) no se presentan o no dan seguimiento a la construcción.
Finalmente, resaltaron que después de los sismos hubo una mayor demanda de inmuebles en zonas como Polanco e Interlomas, muchas empresas ubicadas en edificios de clase B migraron y buscaron edificios de clase A, que son más altos, pero con mayor seguridad para los usuarios.