Fonatur aclaró la reubicación de árboles, el combustible que usarán las locomotoras y otras problemáticas inherentes al desarrollo del Tren Maya
En los últimos días ha circulado una gran cantidad de información en torno al impacto ecológico que la construcción del Tren Maya tendrá en la selva del sureste mexicano. En consecuencia, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) emitió una serie de comunicados en los que explica algunas de las dudas más frecuentes que han surgido con el tema.
En ese sentido, conviene recordar la información que se ha difundido de manera masiva en torno a la tala de 11,000 árboles de la selva maya, ya que es por donde empieza la aclaración del Fondo.
Según Fonatur, el total de los individuos de vegetación que atraviesen la ruta del Tren serán removidos y reubicados.
“El total de especies arbóreas a remover representa un total de 11 árboles por hectárea del total de área a remover, los cuales se rescatarán y reubicarán de acuerdo con programa presentando en la MIA-R”.
Además, Fonatur considero precisó recordar que los tramos 1, 2 y 3 ya tienen vía férrea por lo que el impacto ambiental ya ocurrió y además, sin acciones de mitigación.
“…en la extensión correspondiente a los Tramos 1, 2 y 3 ya existe vía férrea; es decir, toda esta zona ya se encuentra impactada desde hace varios años, sin que se hayan realizado acciones de mitigación o compensación. La vegetación que ha vuelto a crecer en la zona se le conoce como vegetación secundaria…
“La superficie total requerida para la ejecución del proyecto Tren Maya Fase 1 se encuentra actualmente cubierta, como se ha indicado, de vegetación secundaria y no de selvas prístinas, ni vírgenes”.
¿Combustibles contaminantes?
Otro de los temas que ha causado polémica es el relacionado al combustible que usarán los trenes, mismos que, aclaran, no serán únicamente de diésel como se ha difundido.
Se contempla, explican, el uso de locomotoras diésel-eléctricas que evolucionen a sistemas basados en hidrógeno, equipamiento que de otra manera no permitiría la evolución ecológica descrita.
“Una locomotora y un sistema diésel-eléctrico podrá ser convertido a un modelo de hidrógeno, cuando la tecnología se desarrolle a su potencial. Un sistema puramente eléctrico, podría tener menores costos a largo plazo, pero no podría realizar este proceso”.
Uso de suelo de la selva
Cabe subrayar que el Fondo de Turismo hizo hincapié en que el uso de suelo de la selva maya no cambiará en su totalidad; solo el 24% de la superficie total del trazo del Tren. En esa línea, Fonatur destaca que se recuperará el impacto con la reforestación 2 a 1 que habrá con respecto a la superficie afectada.
¿Contratos directos?
Sobre el tema de las licitaciones, el Fondo aclaró que es falso que la mayoría de los contratos hayan sido realizado de forma directa. Añadió, en ese sentido, que se han llevado a cabo 32 contrataciones por un monto total de 39,620.99 millones de pesos (mdp).
Los mecanismos bajo los cuales se llevaron estas negociaciones fueron los siguientes:
- Licitaciones públicas,
- Invitación restringida a por lo menos tres personas,
- Convenios entre entes públicos y
- Adjudicación directa
Cae recordar que en los primeros días de junio se dio el banderazo al arranque de obras del Tren Maya en los primeros 4 tramos y a mediados del mes se publicó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para los predios con vegetación que serán ocupados y no tienen derecho de vía.
Fonatur lanza mensaje a la población
El Fondo Nacional de Fomento al Turismo mencionó la importancia que tiene el medio ambiente en la construcción del proyecto de Tren Maya en la región sureste del país.
“Cada kilómetro que recorrerá el Tren Maya ha sido estudiado y analizado con detalle, tomando en cuenta, tanto las variables relativas a la infraestructura como las del medio ambiente, sociales, económicas y culturales, cuidando el equilibrio entre el desarrollo y el cuidado del medio ambiente”.
En este entendido, destacó, es preocupación del organismo, revisar el impacto actual y futuro de la operatividad del Tren Maya, todo esto, asesorado por los expertos en la materia, incluso a niveles internacionales.
“El Tren Maya controlará los impactos de las obras y las actividades de estas durante su construcción y operación para proteger el medio ambiente del sureste mexicano, a través de la instrumentación de estrictos programas de supervisión y vigilancia ambiental”.