Este proyecto, que mide 13.6 kilómetros de extensión, fue bautizado como «la obra del siglo»
Finalmente, tras nueve años de espera, fue inaugurado el túnel ferroviario que corre por debajo del Bósforo -también conocido como el Estrecho de Estambul- y que conecta Europa con Asia, y con el cual se pretende agilizar el tráfico intercontinental que a diario realizan millones de personas de Estambul.
Este proyecto, que mide 13.6 kilómetros de extensión, fue bautizado como «la obra del siglo», y su inauguración coincide con el 90 aniversario de la proclamación de la República de Turquía.
La idea de construir un túnel bajo el estrecho del Bósforo fue planteada por primera vez en 1860 por un sultán otomano, Abdulmedjid. Sin embargo, por razones técnicas y falta de fondos, hasta ahora no se había materializado.
En la década de 1990 volvió a ser relanzado el proyecto por la explosión demográfica de Estambul, cuya población se ha duplicado desde 1998 y supera ya los 15 millones de habitantes.
Con el apoyo financiero del Banco de Japón para la Cooperación Internacional (735 millones de euros) y del Banco Europeo de Inversiones (BEI), la construcción del túnel pudo comenzar en 2004, gracias a un consorcio entre Japón y Turquía.
El túnel es un doble tubo sumergido a más de 50 metros bajo el lecho del Bósforo, y está concebido para resistir a terremotos de hasta 9 grados en esta región que registra una fuerte actividad sísmica.
Las autoridades esperan que esta obra ponga fin al calvario que viven más de 2 millones de estambulitas que cada día atraviesan el Bósforo por dos puentes que están siempre congestionados.
