La Sedatu admitió los retos a los que se enfrentan dadas las difíciles condiciones topográficas del estado
Como parte del cumplimiento de las acciones establecidas en el Convenio Marco de Coordinación de Acciones en Materia de Desarrollo Urbano y Vivienda, suscrito entre la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y el Gobierno del estado de Guerrero, se invertirán 30 millones de pesos en la elaboración de un nuevo Plan de Ordenamiento Urbano, la creación de un Atlas de Riesgo y un nuevo Instituto Municipal de Planeación en la entidad.
Se destinarán alrededor de 67 mil millones de pesos en este programa, de los cuales más de 17 millones se invertirán en comunicaciones y transportes, incluyendo más de mil caminos rurales, 3 mil millones en vivienda y el resto en clínicas, escuelas y otros rubros.
Para todo ello se contará con la participación de las autoridades del estado, de los municipios y de diferentes instancias del sector académico de Guerrero; con el propósito de crear una nueva forma de vida en algunas comunidades y crear planes de desarrollo urbano en otras, luego de los desastres naturales del año pasado.
El titular de la Sedatu, Jorge Carlos Ramírez Marín, se reunió este viernes con integrantes del Consejo Ciudadano de Chilpancingo, a quienes aseguró que el Gobierno de la República no se retirará hasta terminar con la última de las viviendas a las que se han comprometido.
También desatacó que de acuerdo a las condiciones de cada región se han tomado acciones para garantizar la seguridad de las viviendas de los pobladores, y puso como ejemplo los trabajos realizados en el Paraíso, en donde se hicieron taludes a los tres cerros que rodean la comunidad para proteger las casas de posibles derrumbes; mientras que en la colonia Plácido Domingo de Acapulco se construyó un canal para sacar el agua.
Ramírez Marín estuvo acompañado del alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno, y reconoció los grandes retos a los que se enfrenta la Secretaría al buscar predios para reubicar a los pobladores de zonas de riesgo, además de la difícil topografía del estado y la dispersión de los damnificados.