El Programa Nacional de Desarrollo Urbano presenta seis objetivos que a su vez cuentan con estrategias y líneas de acción que permitirán reorientar los procesos que se han dado en los últimos años si se logran las sinergias planteadas
Por Silvia Mejia Reza*
El dinamismo de nuestras ciudades durante las últimas décadas ha carecido de un acompañamiento tanto de instrumentos de planeación como de estrategias de urbanismo sustentable, sumado a la falta de una política contundente en la materia que ha sido causante de un crecimiento desigual y sin proporción.
La inexistencia de suelo apto para desarrollo urbano factor para la generación de asentamientos irregulares en zonas de riesgo, la expansión desproporcionada de las ciudades hacia suelo agrícola, la carencia de un marco legal para la gestión de las zonas conurbadas y las metrópolis así como la escasa coordinación entre gobiernos y los plazos cortos de gestión son algunos de los retos que el país a los que nos enfrentamos de acuerdo al diagnóstico publicado en el Programa Nacional de Desarrollo Urbano 2014-2018 el pasado 30 de abril.
Las proyecciones indican que para el año 2030 el 83% de la población en nuestro país será urbana. Son 384 ciudades las que actualmente albergan al 71% de la población, 93 de ellas son las responsables de 88% de la producción bruta nacional. Esta proporción, sumada al bono demográfico que presentan en su mayoría las ciudades del Sistema Urbano Nacional (SUN), nos abren una ventana única de oportunidad para consolidar la productividad del país
El PNDU presenta seis objetivos que a su vez cuentan con estrategias y líneas de acción que permitirán reorientar los procesos que se han dado en los últimos años si se logran las sinergias planteadas.
El control del crecimiento urbano como primer objetivo propone una reforma urbana cuyas acciones incluyen la actualización del marco jurídico, el desarrollo de normas, la aplicación de reglamentos en los códigos municipales y la promoción de la Ley General de Asentamientos Humanos. El programa busca apoyar a los gobiernos locales para que cuenten con instrumentos de planeación adecuados incluyendo los mecanismos para su implementación. Se busca limitar el crecimiento a partir de la definición de las zonas aptas para ser urbanizadas y con incentivos para desarrollar el suelo intraurbano en predios baldíos y zonas subutilizadas
El PNDU hace énfasis en los temas de sustentabilidad en todos sus ejes, ambiental, social, económico. Particularmente promueve la coordinación interinstitucional para lograr una regulación ambiental.
De suma importancia es el tercer objetivo que busca implementar instrumentos normativos, fiscales, administrativos y de control para la gestión del suelo, será fundamental la coordinación con los gobiernos locales y brindar certidumbre jurídica en la propiedad.
La movilidad sustentable se retoma como objetivo del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 y permitirá mejorar la accesibilidad a las ciudades, los sistemas de transporte público, ampliar las capacidades técnicas y la promoción para hacer ciudades más incluyentes e incrementar su dinámica económica.
La atención a los asentamientos en zonas de riesgo y la consolidación de una política Nacional de Desarrollo Regional son también objetivos del PNDU y prestan particular atención a dos temas fundamentales que hasta ahora carecían de un nivel jerárquico adecuado. La prevención ante los fenómenos naturales que son causa de pérdidas humanas y patrimoniales cada año así como una planeación regional que permita disminuir las diferencias de desarrollo económico en las distintas regiones del país e incrementar su competitividad.
El PNDU incluye un capítulo de indicadores que indican las mediciones que se llevaran a cabo cada dos años para evaluar el desempeño de las ciudades a partir de este programa. De los ocho indicadores destacan: la medición de ocupación del suelo, la densidad de las ciudades y el funcionamiento de los observatorios urbanos en diversas escalas para monitorear los procesos urbanos además de la capacitación que se haga sobre movilidad urbana y una evaluación de los asentamientos en zonas de riesgo.
El PNDU 2014-2018 es una oportunidad que requiere la coordinación de los gobiernos y aún más importante una coordinación institucional que permita alinear las estrategias para que tanto la Sedatu como las instancias relacionadas con medio ambiente, infraestructura, equipamientos y servicios adopten los retos y permitan iniciar una transformación real en nuestro país.
*Maestra en Arquitectura y Urbanismo