Durante el año pasado apenas se colocaron poco más de 700 créditos Fovissste en la Ciudad de México, lo que viene a confirmar que los dos mayores fondos de vivienda del país, el ya mencionado Fovissste, así como su hermano mayor, el Infonavit, en realidad no existen en la capital –y corazón- del país.
Y ojo, que decir esto de un par de fondos mutualistas que en conjunto generan más de 600,000 créditos al año, solo se entiende a partir de una contundente realidad; los precios promedio de las viviendas en la capital azteca se han elevado a grado tal, que superan por mucho los montos promedio de los créditos que operan dichos organismos.
Sobran créditos, lo que no hay, son casas acordes con la capacidad de compra de la potencial demanda.
El hecho es que chilango derechohabiente de cualquiera de estos fondos que quiera ejercer su crédito no podrá hacerlo, o tendrá que hacerlo para comprar una vivienda en otra entidad, para vivir o pretender tener una segunda casa, sea para fines de descanso o inversión, inevitablemente a horas de distancia de las fuentes de trabajo y las escuelas de la familia.
Hay que decir que esto tan real no es responsabilidad ni del Infonavit, ni del Fovissste, sino que es resultado del encarecimiento de la vivienda, que es a su vez consecuencia de la obsolescencia y deficiencias de los instrumentos de planeación y regulación urbana de la Ciudad de México.
Es simple, las deficiencias regulatorias han disparado los costos del suelo provocando que su impacto haga totalmente inviable generar viviendas al alcance de más de 70% de la población.
Enorme reto para la flamante jefa de gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum; acelerar los ajustes necesarios en los instrumentos de planeación y regulación urbana, generando en tanto, instrumentos de transición que permitan atender la demanda de vivienda de todos los segmentos de población, con especial énfasis en los de menores ingresos.
LA CALIFICACIÓN DE ARA VA PARA ARRIBA
Gran noticia, y más en un contexto en que no abundan las buenas noticias en el ámbito financiero. Les cuento que HR Ratings elevó la calificación crediticia asignada a Consorcio ARA, con lo que la desarrolladora de vivienda pasó de ‘HR A+’ a ‘HR AA-‘.
Con la nota, la empresa que dirige Germán Ahumada Russek es catalogada dentro de las compañías “con alta calidad crediticia y ofrece gran seguridad para el pago oportuno de obligaciones de deuda”… Nada mal… Y como siempre, la constancia y solidez deesta desarrolladora sigue siendo referente en esta industria.
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