Por Sebastián Fernández Cortina*
El Infonavit en los últimos 40 años ha evolucionado conforme a las necesidades habitacionales del país, y podemos distinguir tres grandes etapas en su vida institucional:
- En 1972 con la creación del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores;
- En 1992, al otorgarle la facultad de generar rendimientos competitivos a la subcuenta de vivienda de los trabajadores afiliados al Fondo Nacional de Vivienda;
- En 2014, año en el que está en discusión en el Poder Legislativo el uso de 3% de la aportación patronal correspondiente al 5% del salario del trabajador para crear una nueva subcuenta individual, denominada Subcuenta Mixta, que en caso de su aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores, respectivamente, podrá utilizarse para el seguro de desempleo, o para adquisición de vivienda o para el retiro del trabajador.
En ese sentido, el Infonavit se encuentra de nuevo en una coyuntura que marcará su historia tal y como pasó hace 22 años, y que obliga a reflexionar cual debe ser el rol que esta institución del Estado Mexicano debe jugar en el sistema hipotecario y en el sistema de pensiones.
Actualmente origina alrededor de 400,000 créditos al año, administra 5.4 millones de hipotecas y 720,000 millones de pesos de la Subcuenta de Vivienda. Es por ello, que los empresarios del país nos sentirnos orgullosos de ser parte de una institución modelo en el mundo, pero también, la magnitud de nuestras operaciones sustentan los retos del futuro.
De acuerdo al Inegi, 14 millones de personas están afiliadas a una institución de seguridad social, 2.5 laboran en los gobiernos de los estados y municipios, y en contraste, 29 millones de la población económicamente activa no están afiliados a ninguna institución de seguridad social.
Si vinculamos las personas no afiliadas a la seguridad social con sus necesidades de vivienda, identificamos que 8.5 millones de hogares se encuentran en rezago habitacional y actualmente están rentando una vivienda con aspiración de ser dueños de una casa. Asimismo, hay un universo de 2.7 millones de trabajadores que actualmente tienen una Subcuenta de Vivienda no activa y que tienen la posibilidad de adquirir una casa.
Las tendencias demográficas traducidas en formación de hogares nos indican que la demanda de vivienda mantendrá un crecimiento constante, pasando de 29 millones de hogares en 2010 a 36 millones de hogares en 2025, por lo que, se estima que el parque habitacional deberá incrementarse en esta proporción (7 millones de hogares), obligando a que la producción de vivienda atienda este crecimiento aunado a las necesidades de reponer las viviendas que han concluido su vida útil. Aunado a ello, Softec proyecta que anualmente se crean 250,000 viviendas de manera irregular a lo largo del país.
La vivienda en renta reportada por el Inegi asciende a 14% del total del parque habitacional, y si consideramos que una proporción de las viviendas no propias pueden considerarse viviendas en renta no declaradas, se puede afirmar que este segmento asciende a 20% del total del parque habitacional.
Ante este contexto, tenemos la oportunidad de construir un Infonavit del futuro, que facilite su capacidad de originación de hipotecas y administración de cartera a otras instituciones financieras para ofrecer distintas soluciones habitacionales, las cuales, atiendan la adquisición de vivienda nueva y usada, remodelación y ampliación de las viviendas, así como, el arrendamiento dirigido a los trabajadores de la economía formal no afiliados a la seguridad social.
Un Infonavit del futuro, que fortalezca la atención de sus derechohabientes a través de ampliar soluciones hipotecarias prevaleciendo en todo momento su misión social. Esto, debe sustentarse en consolidar la confianza de los derechohabientes en el Instituto y ofrecerles mejores productos y servicios.
En este sentido, el Infonavit del futuro debe romper con paradigmas en la manera en la que acompaña alderechohabiente durante el pago de su hipoteca y durante su retiro. Por ello, se debe instrumentar un esquema de acompañamiento desde el conjunto habitacional, sustentado en la administración de la cartera; la recuperación del entorno y el tejido social, formulando soluciones en materia de cobranza a partir de su problemática, tomando en cuenta las condiciones del conjunto habitacional y las condiciones económicas de la región que habita.
El Infonavit del futuro, debe tener como prioridad la procuración de la plusvalía de las viviendas, plusvalía, que se traduzca en bienestar patrimonial para las familias, en factor de productividad de las regiones y en fortaleza económica del país.
Tenemos la oportunidad de convertir al Infonavit en el actor que revolucionó el modelo de generación de plusvalía de las ciudades y que innovó en las propuestas de soluciones hipotecarias para atender las demandas habitacionales del país.
Es en este marco, que en el Infonavit de hoy, trabajamos todos los días para hacer realidad los sueños de muchas familias mexicanas y que al hacerlo construimos el Infonavit del Futuro, que es de los trabajadores de México.
*Director Sectorial Empresarial del Infonavit