A punto de concluir el actual gobierno federal, la industria alza la mano y gracias a su solidez, se perfila como uno de los rubros que detonará el crecimiento del país en los años venideros
El sector de la vivienda llega al cierre de sexenio consolidado como uno de los jugadores más importantes dentro de la maquinaría económica mexicana. En los últimos años, la industria ha tomado una dinámica relevante, situación que le ha permitido posicionarse como un motor del mercado interno y una de las piezas angulares que ha impulsado el desarrollo del país.
La industria en su conjunto arriba a este fin de sexenio con una cara distinta a lo que se vio en 2012. A punto de concluir la administración del presidente Enrique Peña Nieto, el sector de la vivienda destaca por su solidez y diversificación, así como la coordinación que se ha consolidado entre sector público y privado. Aunado a lo anterior, en el panorama se cuenta con instituciones y empresas fuertes y variadas, que inyectan velocidad y estabilidad al tren de la vivienda.
Para dimensionar la relevancia del sector, es preciso recordar que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2016, esta industria aportó 6% al Producto Interno Bruto Nacional (PIB) y generó casi 3 millones de plazas laborales.
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