class=»tb f27″>La ciudad de México está al borde de una crisis urbana provocada por la pobre labor de una Asamblea Legislativa que se debate entre la incompetencia, la politización y el miedo… Qué digo miedo… El pavor que le tienen al costo político que tendría legislar pensando solo en el bienestar actual y futuro de los heroicos chilangos.
Un pavor, que hay que decir, comparten con quienes integran el gobierno de la ciudad.
Y habrá quien diga que la capital del país no está al borde de una crisis urbana… Sino que lleva años metida en una profunda y destructiva crisis urbana, y que sí acaso, lo que hoy están haciendo sus legisladores, es agravarla y generar costos que serán definitivos para millones de sus habitantes.
Hoy la realidad es que de entre cerca de 900 proyectos de vivienda en marcha, ya va en 300 -y creciendo- el número de amparos interpuestos contra recientes ajustes a la regulación urbana vigente.
Ajustes que no dejan de ser un nuevo y mal parche a un marco normativo obsoleto y que hoy se debate entre reformas hechas al vapor, la publicación de una nueva Norma, la dictaminación de un nuevo Programa General de Desarrollo Urbano, las consecuencias regulatorias de una nuevaConstitución y los temores que resultan de que en poco más de un año estaremos votando para elegir un nuevo jefe de gobierno.
Esta tormenta perfecta podría provocar un daño terrible a esta ciudad y sus habitantes, golpeando economía y empleo, eficiencia urbana y precios de vivienda, distorsionando en consecuencia la estructura urbana y social, y provocando cosas que se peleaba por erradicar, como invasiones,asentamientos irregulares y en zonas de riesgo, y ciudades dormitorio.
El futuro de la ciudad está en juego… Y es momento de que los chilangos elijamos muy bien nuestras batallas… dejando a un lado temas de coyuntura y preferencias personales, para enfocar todas las baterías a contar con un verdadero proyecto de ciudad, que tenga engrapado un plan de desarrollo urbano, complementado a su vez por instrumentos regulatorios y con un presupuesto que garantice los recursos para la infraestructura que es indispensable desarrollar.
No nos equivoquemos…. Eso es lo que tenemos que exigir a gobierno y legisladores…