Trámites complejos, escases de oferta y altos costos son algunas de las limitantes
Encontrar un espacio para renta compartida en la Ciudad de México es bastante complejo, debido a la escasez de espacios o los precios de renta, esto de acuerdo con un análisis hecho por Dada Room, plataforma dedicada a ofertar departamentos compartidos.
“En la capital, por cada habitación que se ofrece para rentar hay, en promedio, 4 personas buscando. Para delegaciones como Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, la oferta es de una habitación por cada nueve personas buscando”, detalla el estudio.
Además, el precio promedio de una habitación en renta está entre los 4,000 y 5,000 pesos, pero en las zonas como Polanco, Condesa o Santa Fe, puede rebasar los 7,000 pesos, incluso en estas zonas desde hace cuatro años se ha registrado un incremento de 10%.
Si se considera el ingreso promedio de una joven profesionista en 11,000 pesos, los precios se han convertido en una barrera para independizarse, por ejemplo, si un joven que trabaja en Polanco y desea rentar una habitación cercana a su trabajo, deberá destinar poco más de la mitad de su salario mensual al pago del alquiler.
A esto, hay que sumar algunos requisitos que son complejos, como aval, depósito, referencias personales y laborales, entre otros.
Algunas de las personas que entrevistó Dada Room compartieron varios de los temas a los que se han tenido que enfrentar. “Llevo tres años y medio viviendo en la ciudad. Ha sido bastante difícil encontrar departamento en una zona céntrica y segura, con un precio razonable y trato directo”, afirmó Yasser, diseñador gráfico de 28 años.
Yushari, química de 27 años, llegó hace 5 años a la Ciudad de México. “Vine de Monterrey por trabajo. Actualmente, rento en la zona de hospitales de Tlalpan y vivo sola, pero fue muy difícil encontrar un lugar, porque me pedían aval o pagar dos meses de renta. Tuve que vivir en la sala de una amiga hasta que junté dinero suficiente para pagar el depósito”.
Ambos consideraron que las inmobiliarias exigen un aval, pero esto en muy pocas ocasiones la gente que decide mudarse a la capital lo pueden hacer. Por lo que una de las soluciones es buscar los anuncios que hay en las calles y esperar que haya suerte.
“A diferencia de otros países, casi no existen programas de apoyo para independizarse en la Ciudad de México. En Suecia, Noruega o Francia, las residencias estudiantiles son el primer paso de los jóvenes hacia la independencia, así como una solución al problema de alojamiento para quienes estudian fuera de su ciudad de origen”.
Otro ejemplo es que en España, muchas instituciones ayudan a los jóvenes que buscan alojamiento accesible, por ejemplo, con programas que fomentan la convivencia entre adultos mayores que tienen una habitación libre en casa y estudiantes.
En el caso de Estados Unidos, las universidades habilitan residencias estudiantiles a precio moderado.
“Actualmente, no existen políticas ni condiciones institucionales en México que favorezcan la emancipación de los jóvenes. Si bien, a nivel federal, se impulsan programas de fomento a la vivienda a través del crédito, es cierto que la precariedad de los salarios, la burocracia y otros factores socioculturales hacen insuficientes estos programas”, agrega el estudio.
Aunque hay organizaciones, como el Instituto Mexicano de la Juventud, que tiene un programa para parejas con ingresos inferiores a 5 salarios mínimos, sin acceso al Infonavit o Fovissste. Sin embargo, es un crédito limitado a construir una sola vivienda y no es suficiente para cubrir los costos del predial.
Basada en las políticas públicas y programas llevados a cabo en otros países, así como en las opiniones de sus 500,000 roomies registrados, Dada Room brinda algunas propuestas para corregir el problema de alojamiento.
Una de ellas es que se deben aprovechar las habitaciones libres en hogares de gente mayor en casas y departamentos, lo que se podría lograr a través de campañas de difusión, simplificación de trámites y la generación de incentivos fiscales para quienes ofrecen las habitaciones.
También se debe fomentar el desarrollo de viviendas cercanas a las universidades, con el involucramiento del sector público y privado en la construcción y adaptación de estos inmuebles.
Y crear subsidios de alojamiento para estudiantes admitidos en universidades fuera de su ciudad de origen, así como para profesionistas que obtienen su primer empleo en otras entidades federativas.
