La ciudad de México necesita al menos 40,000 viviendas nuevas al año y desde hace varios años la producción no pasa de 10,000…
La falta de vivienda no es un simple problema de mercado, es un síntoma grave de la falta de proyecto de ciudad traducido en instrumentos de planeación e inversión urbana en infraestructura…
La falta de vivienda es el dolor de cabeza que revela que la ciudad padece una grave enfermedad que puede ser mortal.
Hay además que decir que bajo las más básicas normas del mercado, la falta de oferta, ante una enorme demanda, provoca el incremento acelerado de precios.
¿A qué se debe la falta de vivienda y el consecuente incremento de sus precios? Sobre todo al encarecimiento del suelo resultante de una regulación obsoleta (caracterizada por bajas densidades y alta exigencia de estacionamiento), al alto costo de permisos y a la corrupción, que ha llegado a niveles inimaginables en las delegaciones.
Actualmente se trabaja en los preliminares para elaborar un nuevo Plan General de Desarrollo Urbano (PGDU) para la CDMX que deberá atender muchos de estos problemas.
Sin embargo, habría además que contar con un muy buen Programa de Vivienda que analice la estructura de la demanda, así como las nuevas vocaciones urbanas que establezca el PGDU, para crear condiciones que permitan cruzar demandas ciudadanas con proyecto de ciudad, y generar opciones de vivienda para todos los segmentos de población.
Hay que entender que sin vivienda una ciudad fracasa porque se vuelve inequitativa y con ello pierde su más fundamental objetivo social.
Urge el PGDU; urge el Programa de Vivienda, y urge que la Constitución no caiga en lugares comunes y sí, establezca Derecho a Vivienda y Ciudad, pero planteando la creación de instrumentos regulatorios que hagan viable el derecho a esos Derechos
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