El auge de los nómadas digitales impulsa nuevas dinámicas de renta, inversión y desarrollo urbano en ciudades de todo el país
El crecimiento del trabajo remoto ha colocado a México entre los destinos más atractivos para los nómadas digitales, una tendencia que está reconfigurando el mercado inmobiliario y abriendo nuevas oportunidades de desarrollo urbano y tecnológico.
De acuerdo con Helena Verron, directora general de The Smart Flat, el país ha logrado consolidarse como un punto estratégico para los trabajadores internacionales gracias a la combinación de infraestructura digital, diversidad cultural y costos competitivos.
“México ofrece una combinación única: costos accesibles, conectividad de alto nivel, calidad de vida y una cultura que encanta a muchos. Esa mezcla lo hace atractivo para la nueva generación de profesionales globales”, comentó.
La directiva señaló que, en ciudades como la Ciudad de México, el precio promedio de renta de un departamento de una habitación ronda los 17,000 pesos mensuales, una cifra que se mantiene por debajo de la registrada en capitales como Los Ángeles, Toronto o Madrid. Este diferencial, apuntó, ha sido un factor clave para atraer a jóvenes profesionales que buscan calidad de vida sin sacrificar conectividad.
Verron explicó que la expansión de la infraestructura tecnológica ha permitido descentralizar el trabajo remoto hacia polos urbanos medianos, donde la oferta de espacios de coworking y servicios digitales de alta velocidad ha crecido de forma constante. Ciudades como Guadalajara, Mérida y Tulum han ganado protagonismo como puntos de residencia para esta comunidad internacional.
“Para muchos nómadas digitales, vivir en México no solo es una decisión práctica, sino una experiencia de enriquecimiento personal y cultural”, resaltó.
The Smart Flat señaló que las ciudades más populares entre esta comunidad son la Ciudad de México, por su conectividad y oferta cultural; Guadalajara, por su ecosistema tecnológico; y Mérida, por su seguridad y calidad de vida. También destacan destinos como Oaxaca, Puerto Escondido, Playa del Carmen y Tulum, que combinan una atmósfera relajada con infraestructura moderna y comunidades internacionales consolidadas.
“Cada ciudad mexicana ofrece una experiencia distinta para los nómadas digitales: algunas atraen por su ecosistema tecnológico, otras por su identidad cultural o su entorno natural. Lo importante es que todas están integrando la digitalización a su oferta inmobiliaria”, comentó.
El auge de este estilo de vida ha impulsado un nuevo dinamismo en el mercado inmobiliario. Las rentas temporales de largo plazo y las propiedades equipadas con conectividad premium se han convertido en el estándar para quienes buscan movilidad sin perder comodidad.
Entre los beneficios destacan el impulso económico en ciudades intermedias, la atracción de inversión extranjera y la promoción de México como destino para vivir y trabajar. No obstante, también surgen desafíos, como el aumento de precios de renta en zonas tradicionales y el riesgo de gentrificación en barrios populares.
“La clave está en el equilibrio: aprovechar la derrama económica que los nómadas digitales generan, pero con políticas públicas que protejan el acceso a vivienda para los locales. La tecnología puede ayudar a crear ese balance”, concluyó Verron.









