De acuerdo con el directivo de Danhos, los consumidores se han vuelto más cautelosos, lo que obliga a repensar estrategias de expansión, financiamiento y comercialización
El negocio de los centros comerciales en México atraviesa un momento complejo. Factores como la incertidumbre económica, la dependencia de cadenas de suministro internacionales y la cautela de consumidores e inversionistas marcan el pulso del sector.
En entrevista con Revista Inversión Inmobiliaria, Jorge Gamboa de Buen, director de Desarrollo de Negocios de Fibra Danhos, ofreció un panorama claro: “La cautela es hoy la regla del juego. Antes podías ser más aventado, más intuitivo; ahora no, ahora hay que andar con muchísimo cuidado”.
La pandemia y los cambios en la dinámica global de comercio aceleraron un proceso que ya venía gestándose: el replanteamiento del rol de los centros comerciales en la economía urbana. El impacto se siente tanto en inversionistas como en retailers y consumidores.
“Las cadenas que dependen mucho de las importaciones chinas dejaron de crecer automáticamente”, mencionó Gamboa, aludiendo a giros tan diversos como tecnología, juguetes o moda.
Por otro lado, indicó que el consumo, que en México venía con dinamismo alentado por programas sociales y el flujo de remesas, también se ha moderado.
“Los consumidores se han vuelto más cautelosos”, explicó el directivo, lo que implica un freno en los planes de expansión y obliga a repensar estrategias de financiamiento y comercialización.
Retos regulatorios y sociales
Pero, más allá de la cautela económica, los desarrolladores de centros comerciales enfrentan un panorama regulatorio complejo y un escrutinio creciente en temas ambientales y sociales.
“Hoy hay un mayor compromiso con los temas medioambientales y sociales, lo que obliga a tomar en cuenta más variables en la planeación de cada proyecto”, explicó Gamboa.
El directivo reconoce que, aunque existen rumores o incertidumbres en torno a cambios de políticas, la empresa mantiene confianza en el país y en las autoridades locales. Destaca, por ejemplo, el caso del Estado de México, donde “las autoridades, tanto estatales como municipales, se han portado muy bien”.
Este equilibrio entre confianza y cautela se ha convertido en una de las claves para seguir desarrollando proyectos comerciales en un entorno cambiante.
Modelos diferenciados en el retail
Una de las reflexiones más relevantes de Gamboa es que el sector retail no puede analizarse bajo una sola lógica, pues cada desarrollador ha construido su propio modelo de negocio: “Liverpool hace centros comerciales de una manera, Gicsa de otra, nosotros de otra, Sordo Madaleno de otra. Cada quien ha sabido encontrar su nicho”, señaló.
La diversidad de estrategias obedece a que el retail abarca mucho más que tiendas: incluye entretenimiento, gastronomía y experiencias de socialización. En este sentido, el reto no solo es atraer a retailers, sino ofrecer espacios atractivos y relevantes para consumidores cada vez más selectivos.
El consumo, en algunos segmentos, se ha visto impulsado por los apoyos sociales; sin embargo, la duda sobre cuánto durará este efecto obliga a los desarrolladores a prepararse para escenarios menos favorables.
Estrategias frente al nuevo perfil de mercado
Ante este escenario complejo, Gamboa aseguró que Danhos ha sabido identificar oportunidades.
Por ejemplo, en Oaxaca, la compañía decidió apostar por un nuevo centro comercial en la capital del estado, detectando que se trata de un mercado con economía robusta, pero con una oferta limitada de retailers y entretenimiento.
“Encontramos una ciudad poco servida, con un tamaño bastante grande y muy mala oferta comercial. Lo estamos aprovechando”, dijo.
El contraste es evidente con la Ciudad de México, donde los desarrollos enfrentan una parálisis regulatoria. “En los últimos 30 años siempre había tres o cuatro centros comerciales en una fase de crecimiento. Hoy no vemos un solo centro comercial nuevo en desarrollo en la capital”, apuntó.
Esto ha llevado a la empresa a diversificar su portafolio hacia sectores como la logística e industrial, áreas con alta demanda en el contexto de la relocalización de cadenas de suministro.
Diversificación hacia la logística
Asimismo, destacó que Fibra Danhos tiene presencia en el mercado logístico, lo que refleja la flexibilidad con la que el sector inmobiliario se adapta a los cambios globales.
“Es un mercado muy competido, pero también con reglas claras y buena rentabilidad. Varias empresas, incluyendo la nuestra, que antes no estábamos en ese segmento, hemos visto ahí una oportunidad”, comentó.
La zona norte del Valle de México se ha convertido en el punto focal de esta estrategia. Gamboa mencionó que actualmente tienen un pipeline de proyectos en proceso y en renta, con resultados positivos en absorción y precios.
Resiliencia y adaptación
Finalmente, Jorge Gamboa deja claro que la fortaleza del sector de centros comerciales en México radica en su capacidad de adaptación; además de que la incertidumbre global y los cambios en el comportamiento del consumidor no han frenado a Fibra Danhos, que continúa apostando por proyectos estratégicos y diversificados.
En un país donde los hábitos de consumo evolucionan a gran velocidad y las condiciones regulatorias cambian de manera constante, la visión empresarial se convierte en el factor decisivo. Como lo resume el directivo: “Parte de la habilidad de un buen empresario es prever, adaptarse a los cambios y actuar así”.
Este texto se incluye en la edición Septiembre-Octubre de la revista Inversión Inmobiliaria
