Vivimos tiempos de profundas contradicciones en materia de vivienda, en que al mismo tiempo que se incuba una creciente crisis, se ponen todos los obstáculos a su producción… Urge dejar atrás las Ciudades del No, y construir las Ciudades del Sí
Por Horacio Urbano
La semana pasada se aprobó en Nueva York la implementación de un Plan que propone facilitar la producción de al menos 80,000 nuevas viviendas en los siguientes 15 años, buscando con ello hacer frente a una creciente crisis marcada por el encarecimiento y la escasez, que, claro, se agudiza cuando se trata de las viviendas que tendrían que atender las necesidades de los grupos de menores ingresos.
Y aunque pareciera que 80,000 viviendas en 15 años son poca cosa para una ciudad como Nueva York, se trata del mayor esfuerzo en décadas que se realiza con el objetivo muy específico de hacer frente al creciente reto habitacional de la Gran Manzana, considerando acciones dirigidas a dar soluciones reales acordes con el tamaño del problema, y hacerlo bajo una visión integral que considere y vincule objetivos de índole social, ambiental, urbana y económica.
Y ojo, que este ambicioso Plan se llama Ciudad del SÍ… Con lo que se busca marcar distancia respecto a lo pasado en los años recientes, en que claramente, de acuerdo con la visión de los mismos neoyorquinos, fue una Ciudad del NO…
Del NO impulso a la vivienda… Del NO reconocer el reto habitacional como parte fundamental de su transformación urbana desde una visión integral… Del NO reconocer el fundamental papel de la vivienda en los procesos de construir competitividades social y económica.
Y es que vivimos tiempos de profundas contradicciones en materia de vivienda, en que al mismo tiempo que se incuba una creciente crisis, se ponen todos los obstáculos a su producción… Urge dejar atrás las Ciudades del No, y construir las Ciudades del Sí.
Pero los ecos de la crisis de vivienda ya no podían ser dejados de escuchar, lo que llevó al alcalde de Nueva York, Eric Adams, a dar total prioridad al tema, incorporando una nueva política de vivienda como prioridad en su programa de gobierno y en los objetivos de mediano y largo plazo para la ciudad.
Y esto incluyó ajustes en los modelos de planeación urbana, que permitieran construir más viviendas y a menores costos en el corazón de la ciudad.
Incluyó inversiones en infraestructuras básicas de todo tipo, indispensables para recibir tanto a las nuevas viviendas, como a sus nuevos habitantes y toda dinámica social relacionada.
Todo para hacer frente a un imparable encarecimiento de las viviendas, consecuencia en buena medida de la debilidad de la oferta, reflejada en que los índices de oferta disponible para vivienda en renta se ubican en sus niveles más bajos en más de 50 años, y en el marcado incremento de homeless, que alcanza niveles tan alarmantes, como el hecho de que uno de cada ocho estudiantes de escuela pública, se encuentra en esa condición, o que más de medio millón de neoyorquinos deben destinar más de la mitad de su ingreso al pago de una renta.
Todo…Incluyendo destinar a 5,000 millones de dólares a vivienda asequible e infraestructuras relacionadas.
Todo… Asumiendo la meta de construir “un poco más viviendas, en cada barrio”.
Todo… Empezando por actualizar normativas urbanas y de construcción, para poder hacer cosas tan básicas como actualizar densidades, reducir aún más los requerimientos de cajones de estacionamiento para proyectos de vivienda, o construir viviendas encima de comercios, e incluso en sus sótanos.
Todo… Asumiendo el costo político de ir en contra de grupos vecinales que sistemáticamente se oponen a la construcción de más viviendas, los tristemente célebres Nimby (Not in my back yard)…
Todo con tal de decir no a la Ciudad del NO… Y decir un claro si a las Ciudad del SÍ.
Porque sí… A toda ciudad le llega el momento de aceptar que si no es capaz de atender en forma eficiente, suficiente y oportuna, las necesidades de vivienda de todos sus habitantes, su modelo es un modelo fallido.
Le llega el momento de tomar la decisión de dar el sí a su gente, y en consecuencia dar también el sí a la vivienda, y de, en consecuencia, planear a detalle dónde, cómo y para quién se deben hacer esas nuevas viviendas.
Porque si se reconoce que se necesita hacer viviendas, el verdadero reto está en hacerlas bien…Muy bien… Contemplando en ello objetivos de orden social, ambiental, urbano y económico.
Porque ojo, para los expertos locales, el Plan es una oportunidad para revertir los efectos de “una década perdida en materia de vivienda”, una década perdida con resultados devastadores, que tienen como mayor referente, la expulsión de miles de neoyorquinos que tuvieron que migrar ante la imposibilidad de pagar los altos costos de vivir en los que habían sido sus barrios y en la que había sido su ciudad.
La apuesta total es por una Ciudad del SÍ…En la que ya no haya que decirle no a quienes buscan en sus gobiernos una respuesta ante su reto habitacional.
El alcalde neoyorquino fue contundente al decir que con este Plan se manda un poderoso mensaje a todo un país, diciendo claramente que los gobiernos no se pueden quedar sin hacer nada ante una crisis de vivienda que aparece, a nivel global, como uno de los signos de estos tiempos.
Y ojalá que ese poderoso mensaje sea capaz de cruzar fronteras y llegar a los gobiernos de las ciudades mexicanas.
Porque esto que pasa en Nueva York, es reflejo de una crisis de vivienda, que con diferentes caras, está marcado ciudades de todo el mundo… Incluidas las nuestras.
Toca ver si en todos lados existen las capacidades de dar una respuesta clara y contundente, como la que están dando en Nueva York, y de hacerlo desde los ámbitos locales, actuando en sintonía con lo que en materia de políticas públicas se pueda hacer en una escala nacional.
Y México es un buen ejemplo de estas dificultades en generar diagnósticos y respuestas comunes, en las que vayan en sintonía gobiernos nacionales y locales.
Porque aquí, los gobiernos locales, han decidido renunciar a sus responsabilidades ante el reto habitacional, dejando esa agenda en manos del gobierno federal.
Es tiempo de exigir una necesaria serie de golpes de timón, que permitan que en México también digamos no a las Ciudades del NO, y construyamos las políticas, programas y acuerdos, que nos permitan salir juntos en busca de las Ciudades del SÍ.
Del SÍ reconocer el reto habitacional como una verdadera prioridad que nos compete a todos.
Adiós Vivienda Digna
Buena noticia. Se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Reforma Constitucional al Artículo Cuarto, que establece la Vivienda Adecuada como un Derecho Humano, y sustituye los términos familia, por persona, y vivienda digna y decorosa, por vivienda adecuada.
Bien… Muy bien que, al fin, la vivienda sea reconocida como un Derecho individual y que se deje atrás el raquítico concepto vivienda digna y decorosa, que tan poco dice, para ser sustituido por el de Vivienda Adecuada, que fue establecido por ONU-Habitat con base en siete criterios muy claros y medibles, y que está en sintonía con todo tipo de análisis y prácticas a nivel internacional.
Vivienda 360/Vivienda para Todos
Los invito a conocer, compartir y usar Vivienda 360/Vivienda para Todos. Un documento que generamos en Centro Urbano con el objetivo de recoger, generar, agrupar, organizar y presentar estas ideas.
Es en esencia un recetario que propone tres acciones esenciales, y una caja de 100 herramientas para entender y atender el reto habitacional.
Los invito a leer, compartir y comentar. Esta es la sexta actualización de este documento. Un documento vivo, que no queda cerrado, porque se estará actualizando periódicamente, agregando, depurando y afinando… Agregando, depurando y afinando… Agregando, depurando y afinando…
Aquí les dejo la liga: https://centrourbano.com/revista/publicaciones/360o-vivienda-para-todos/