Además, según cifras de la Sedatu, cerca de 8 millones de personas viven en hacinamiento; y, de estas, el 51.4% son mujeres
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), en México hay cerca de 37 millones de viviendas particulares habitadas, lo que representa una amplia gama de situaciones y condiciones de vida.
No obstante, la dependencia indicó que, actualmente, aproximadamente un 24.3% de dichas viviendas se encuentran en condición de rezago.
“El rezago habitacional es un problema que afecta de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables, incluyendo a las mujeres, los niños y las personas de bajos ingresos. Esta situación se ve agravada por factores como la pobreza, la violencia y la discriminación de género”, señaló la Sedatu.
En ese sentido, precisó que, del total de personas que habitan en viviendas con algún nivel de rezago, el 50.7% son mujeres.
Asimismo, destacó que alrededor de 8 millones de personas vive en hacinamiento en el país, de las cuales el 51.4% son mujeres; y agregó que esta condición es un potencial de violencia dentro de la vivienda.
Con respecto a las jefaturas del hogar, la Sedatu explicó que las mujeres jefas y propietarias de una vivienda representan solo el 28.1%, de las cuales un porcentaje importante habitan viviendas en rezago, además de que llegan a sufrir problemas estructurales en sus hogares, como filtraciones de agua en cimientos, muros o techos, pandeos o deformaciones en marcos de puertas o ventanas, y grietas o cuarteaduras en muros o techos.
Por otro lado, muchas mujeres que son jefas del hogar, rentan su vivienda, principalmente por la imposibilidad de acceder a un financiamiento o por falta de recursos (52.1%), o porque esta modalidad les brinda facilidad para mudarse (21%).
“Las mujeres no solo habitan los espacios de vivienda, sino que desempeñan roles esenciales en ellas. Sin embargo, su contribución suele pasarse por alto en una sociedad marcada por el patriarcado y el machismo, especialmente en comunidades en situación de vulnerabilidad.
“Ante ello, es crucial reconocer y valorar la participación de las mujeres en la política pública en materia de vivienda para lograr transformaciones efectivas en la planeación, el diseño y uso de los espacios habitacionales, a partir de comprender la importancia de la equidad de género y de las necesidades específicas de las mujeres en la configuración de la vivienda y el entorno urbano”, agregó la Sedatu.
