Por José Antonio Muñoz Sánchez*
Imaginemos por un momento que un lugar, muy muy cercano que pudiera ser cualquier rincón de nuestra bella patria; Por un decreto apoyado en una Ley a ojos vistas ventajosa para quien la emite y basado en el cuarto constitucional que consagra el derecho fundamental a la salud ,al veintisiete que refiere la propiedad , al ciento quince que otorga a los municipios las facultades de administración de sus recursos y no profundizare más porque si lo hago el monstruo quedará al descubierto anulando la emoción de ir descubriendo poco a poco las características que lo convierten en ese ente aterrador.
Nuestro ente nace como ya lo mencionaba como resultado de un decreto, pensando tal vez en el beneficio social, de la comunidad en general, y se le otorga la administración de un recurso, un recurso invaluable, vital, vulnerable y finito al cual llamaremos Atl.
El ente es el administrador de ese recurso , un recurso necesario e imprescindible para la vida bajo ese conocimiento el ente emite sus reglas, el Atl es mío y todo aquel que lo pretenda deberá entregar el tributo que corresponda , lo increíble es que el ente no solamente administra el Atl sino que todo lo que este recurso toque pasa a ser de su propiedad , pero como puede ser esto posible , si así es, el ente cobra tributo por el uso de su recurso y también por haber sido usado , es decir el desperdicio , los remanentes de lo usado también pagaran tributo. Todo aquel que requiera y necesite el Atl deberá pagar por él , probablemente eso este bien , tal vez es lo justo , pero que sucede cuando los aldeanos de ese lugar muy muy cercano , necesitan el Atl que el ente administra , este les dirá , aquí esta lo que tu necesitas pero para obtenerlo deberás construir lo necesario para hacerlo llegar a tu aldea y la condición básica que pongo es que todo lo que este toque pasara a ser de mi propiedad , dejando a salvo solo lo que corresponda a cada choza que conforma la aldea ; por lo demás todo será mío; y también una vez que el recurso haya sido usado , el remanente de ese uso deberás devolverlo y por esa acción también pagaras tributo, deberás construir también todo lo necesario para alejar de la aldea el recurso ya utilizado pero todo lo que construyas pasara también a ser de mi propiedad y cada vez que una nueva choza surja deberás pagar el tributo que corresponda. El Atl tendrá una medida para su uso y consumo, cada vez que pretendas construir una nueva aldea deberás pagar el tributo que corresponda , aunque los trabajos para su obtención hayan sido realizados y costeados por los aldeanos; si después de haber usado el Atl no hay forma simple de reintegrarlo a su origen deberás edificar una estructura que pueda recibir el Atl para devolverlo a la tierra , pero por esa construcción también deberás pagar tributo y como el Atl ya estuvo contenido dentro de esta, pasara a ser de su propiedad .
Necesitas el Atl pagaras tributo , usaste el Atl pagaras tributo , lo contuviste y retuviste pagaras tributo , necesitas llevarlo a un lugar específico de tu aldea pagaras tributo, lo buscaste y encontraste pagaras tributo pero además, independiente a todo ello también el ente tiene la potestad de imponer castigos y castigos muy severos , dejaste que el Atl escapara, castigo, construiste una nueva aldea sin que el ente te diera la venia , castigo , lo usaste sin que el ente lo supiera, castigo , no colocaste el artefacto con el cual controla su uso , castigo , tu choza esta sucia castigo , limpiaste tu choza usando el Atl , castigo .
El ente se convierte en un monstruo con un poder enorme, pero afortunadamente no se ha dado cuenta por sí mismo del poder que ostenta, su poder hasta el momento solo se basa en el conocimiento de los tributos que tiene que recibir, porque si supiera la potestad que tiene para poder aplicar los castigos y lo hiciera acabaría con toda la aldea.
Es un ente con un poder increíble, un tipo de monstruo feudal que se convierte en dueño de vidas y haciendas; vidas por las características del recurso que administra y haciendas por toda la propiedad que a su paso va engullendo y haciendo engordar su enorme patrimonio , pero aún hay más ,el ente cobra también tributo por una acción que no está llevando a cabo , la de sanear el Atl para devolverlo a sus orígenes , no lo lleva a cabo , pero a cada uno de los aldeanos le carga el tributo , pensando y planeando que en un futuro lo hará , desgraciadamente esa planeación lleva años y años en los cuales el Monstruo no ha podido concretar su misión de limpiar el Atl , esto también ha provocado que el propio ente tenga que pagar un tributo muy grande a un monstruo mayor al monstruo CONATL que lo regula y lo rige.
Todo esto pareciera un cuento, pero es una realidad y retomando la acción de pensar que el Atl cada vez es más escaso y finito, recuerdo la frase de la película de 1973 , cuando el destino nos alcance que hacía referencia a de la falta de alimentos y agua en el año 2022. “Cuando el destino nos alcance, No hay futuro “ a lo que agregaría , “El Futuro es hoy”.
Es cuánto, no es cuento.
*José Antonio Muñoz Sánchez
Arquitecto por la BUAP
Maestro en valuación inmobiliaria industrial y de bienes nacionales ITC.