Por Caterine Castillo*
La solidez del sector inmobiliario a lo largo de la historia es innegable, pero también es cierto que en los últimos años hemos corroborado que la tecnología tiene la capacidad de impulsarlo y hacerlo crecer aún más.
Al cierre de 2022, el sector proptech en Latinoamérica tenía 1,300 startups fondeadas con 1,300 millones de dólares y, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), México es uno de los 5 primeros países en donde más proptechs operan en Latinoamérica. Hoy las soluciones de mayor desarrollo en este campo incluyen la compra, venta y renta de vivienda, el financiamiento de la misma, la administración y la comercialización de propiedades.
México tiene alrededor de 140 proptechs operando en su territorio Brasil, Colombia, Chile y Argentina completan el top 5 en América Latina. Esa ya es por sí misma una enorme ventaja para quienes operamos y vivimos en este país.
Hasta hace cuatro o cinco años pocos conocían el término “proptech” y un número menor entendían el impacto que podía tener en la vida diaria. Actualmente mucha más gente tiene esta palabra en el radar. La pandemia sin duda fue un catalizador para este cambio.
La demanda de vivienda siguió aún en los momentos más difíciles del Covid-19, pero como toda crisis, vino acompañada de sus áreas de oportunidad. La industria inmobiliaria se consolidó gracias a las proptech que llegaron a innovar procesos, agilizándolos y facilitando el cierre de operaciones para el usuario final.
Justo la optimización de la experiencia de usuario ha sido el enfoque principal. Las fronteras de interacción humano-máquina se han abierto de par en par con el uso de plataformas y tecnologías que han dado paso a la firma digital de contratos o a una administración de condominios mucho más ágil, transparente y eficiente.
El uso de inteligencia artificial también viene con mucha fuerza y promete nuevos modelos que revolucionarán la propuesta de valor de muchas empresas a nivel nacional y global. Este nuevo hito basado en el análisis de datos y la creación de modelos predictivos permitirá incursionar en nuevas y mejoradas formas de servicio.
En la actualidad existen enormes bases de datos inactivas en todo tipo de industrias (financiera, inmobiliaria, etcétera), esa información que es oro molido en combinación con herramientas de software renovarán la forma en que las proptech diseñan, venden y distribuyen sus productos y servicios.
El análisis de todos esos datos financieros y demográficos nos va a permitir identificar, por ejemplo, patrones de edad, género, ingresos y tendencias de pago con el fin de predecir conductas en el futuro ya sea para el desarrollo de un proyecto inmobiliario o para seguir mejorando proactivamente nuevas formas de cobro y gestión de servicios en materia de compra o renta de vivienda. De igual forma, descifrar esos datos hará que conozcamos mejor a las personas y nuestro propio potencial para brindarles servicios de valor afines a su estilo de vida.
Sin duda las proptechs apenas estamos empezando a conectar con estos modelos predictivos para seguir revolucionando la forma de hacer las cosas. Esto apenas está iniciando y el futuro es muy prometedor. De hecho, se estima que a través de la IA embebida, muchas startups podrán mejorar sus productos en 10, 20 o 100 veces, haciéndolos más accesibles y económicos gracias a la fusión de modelos inteligentes, la potencia computacional y el análisis de bases de datos.
Lo que viene en los próximos años es emocionante, pero no por ello debemos olvidar los desafíos que lo acompañarán. Uno de los más relevantes es la concientización de que estos avances serán benéficos, que no excluyen a las empresas y profesionales que por años han provisto todo tipo de servicios inmobiliarios y que se han ganado a pulso la confianza de sus clientes.
En mi opinión, el futuro es muy positivo y veo mucha colaboración en ese mañana. La industria tradicional y las empresas que estamos innovando a través del uso de la tecnología debemos mantenernos unidas y trabajar en conjunto para favorecer un cambio de pensamiento tanto en el usuario final, como en las propias empresas acostumbradas a hacer las cosas sin el apoyo de la tecnología.
Parte del reto es seguir nutriendo esa confianza y un cambio de pensamiento, el mercado de los bienes raíces es sólido per se y por mucho tiempo funcionó sin la ayuda de procesos digitales, pero es importante experimentar de primera mano que muchos de esos adelantos son un catalizador para poder hacer mejor lo que hacemos; son un complemento más que una competencia o una amenaza.
El nearshoring es una de las grandes oportunidades que tenemos para ello, el crecimiento de centros empresariales y de negocios activará la demanda de vivienda y todo tipo de servicios relacionados. Desde mi perspectiva, esta es una gran coyuntura de la cual todos podemos formar parte. Podemos trabajar mano a mano para desarrollar soluciones innovadoras tanto en el sector industrial, comercial y residencial.
Unir fuerzas es fundamental para el crecimiento de nuestros mercados y de la economía nacional, hay que aprovechar ese capital de inversionistas dispuestos a invertir en el potencial del país. Todos podemos disfrutar de un pedazo del pastel, este simplemente se está haciendo más grande creando con ello más oportunidades de negocio.
La disrupción ya está aquí, el mundo se está transformado y es el momento de unirse, de hacer parte de esa revolución y no esperar a ser el último en abrazar los beneficios de la tecnología.
Caterine Castillo es cofundadora y CEO de Neivor
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