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CDMX sigue dando palos de ciego con sus políticas urbanas y de vivienda

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CDMX busca copiar experiencias internacionales para frenar el impacto de Airbnb y sigue dando palos de ciego con sus políticas urbanas y de vivienda.

Por Horacio Urbano*

La semana pasada El País publicó una muy buena nota, que, palabras más, palabras menos, podemos sintetizar diciendo que el gobierno Chilango busca copiar experiencias internacionales para frenar el impacto de Airbnb y de los ya muy célebres nómadas digitales.

Ah que caray… Pues si eso es lo que querían, en lugar de enviar emisarios al mundo en busca de respuestas, hubieran empezado por actualizar los ya muy obsoletos instrumentos de planeación y regulación urbana con que sobrevive la Ciudad de México, y por darle, al fin, una urgente y muy esperada política de vivienda.

Hubieran empezado por dar una muy buena lectura a la esencia del problema que querían enfrentar, para no irse por el camino fácil de achacar todas las culpas a una plataforma digital y a los procesos migratorios que hoy son parte inevitable de la dinámica mundial.

O hubieran empezado por fortalecer sus áreas especializadas o por consultar a los muy buenos especialistas que tenemos en el país, que mucho podrían decirles de las políticas con que han pretendido atender estos temas en otros lugares del mundo.

Palos de ciego

Pero no, como pa’qué… Mejor limitarse a dar una lectura simplista y a tomar la decisión de encargar tan delicada misión a la Coordinación General de Asesores y Asuntos Internacionales del gobierno de la Ciudad de México, en donde con toda probabilidad, ni saben del tema, ni son la instancia adecuada para recabar y procesar información, como parte de un proyecto integral encaminado a definir la hoja de ruta y los instrumentos que la complementen, que permitan llevar la Ciudad de México a un destino deseable y planeado.

¿Y el fallido Institutito de Planeación Democrática y Prospectiva? ¿Y la Secretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda? Instancias que se supone se dedican a ello y, se supone también, cuentan con los especialistas que la tarea demanda.

Nel… Ellos no, mejor salir a improvisar instancias y equipos humanos…

Mejor salir a gastar tiempo y recursos atendiendo solo algunos de los síntomas de una grave enfermedad provocada precisamente por la falta de un proyecto de ciudad, debidamente traducido en instrumentos de planeación y regulación urbana.

Tirando culpas

Digo, porque a alguien o algo se le debe poder echar la culpa de la escasez y encarecimiento de la vivienda que se vive en chilangolandia.

Y claro, mejor culpar a una aplicación, a la tecnología y a los migrantes, que asumir responsabilidades y culpas.

Recuerdo aquella anécdota en que una persona encontraba a un amigo buscando algo desesperadamente y al querer ayudar preguntó: ¿aquí lo perdiste? A lo que la respuesta fue un absurdo: “no, pero aquí hay más luz que donde lo perdí”.

Y eso pareciera pasarle al gobierno de Claudia Sheinbaum, a quien si ya desde el inicio de su gestión se le había echo bolas el engrudo con su manejo de las agendas urbanas y de vivienda, la situación se le acabó de ir de las manos con el fracaso, tanto del proceso del que tendrían que haber salido los nuevos programas chilangos de ordenamiento territorial y desarrollo urbano, como del Instituto creado por mandato constitucional para atender esos temas, y que nomás no acaba de cuajar.

El fantasma de la gentrificación

La nota de El País, firmada por Zedrik Raziel, tiene como cabeza: “Gentrificación, Nueva York y Barcelona asesoran a Ciudad de México para frenar el impacto de los Nómadas Digitales”, viene complementada con un sumario que detalla que la jefa de gobierno pidió revisar la experiencia que han tenido 10 ciudades de Estados Unidos y Europa, en la regulación de plataformas de hospedaje temporal.

Y en el cuerpo de la misma, el periodista señala que Sheinbaum encargó este delicado tema a la Coordinación General de Asesores y Asuntos Internacionales, y detalla lo que la titular de esta instancia, Diana Alarcon González, le dijo en entrevista.

Dijo la funcionaria que las ciudades cuya experiencia han revisado son Ámsterdam, Barcelona, Berlín, Lisboa, Madrid, Milán, Nueva York, Paris, Praga y Roma, y que el proceso incluyó tanto la revisión de las regulaciones que en cada caso tomaron para contener el impacto negativo de las rentas de vivienda de corta estancia, como pláticas con los funcionarios que las plantearon o implementaron.

Buscar qué copiar

Al margen de lo adecuado o inadecuado de la decisión de encomendar este trabajo a una área que nada tiene que ver con planeación y regulación urbana, hay una falla evidente al considerar en forma aislada estos problemas, sin entender que debieran ser atendidos como parte de procesos integrales de planeación, y que al hacerlo en la forma tan limitada en que lo están haciendo, se aleja más la posibilidad de tomar acciones de fondo, que además de atender rezagos y retos actuales, estén también encaminadas a dar respuestas en escenarios de largo plazo.

Y ojo, que habría que buscar respuestas verdaderamente integrales, respuestas que consideren, atiendan y vinculen, retos de orden social, económico, ambiental, urbano y regional.

Porque lo que estamos viendo es una medida bastante guanga de la CDMX, que se limita a buscar copiar experiencias internacionales para frenar el impacto de Airbnb, y que en el fondo, sigue dando palos de ciego con sus políticas urbanas y de vivienda.

El problema no es Airbnb

La gentrificación es algo mucho más complejo que los meros problemas causados por Airbnb o los nómadas digitales.

Y claro, la solución tendría que estar en garantizar la existencia y actualización de inventarios de vivienda que respondan con eficiencia, oportunidad y alcance, a los retos de vivienda de cada grupo de población, considerando lo mismo las necesidades y posibilidades de quienes requieren una vivienda, que de las estructuras urbanas barriales en que éstas tendrían que ubicarse.

Y claro, estamos hablando de respuestas para las diferentes posibilidades económicas de la población, pero también, para sus diferentes necesidades específicas en materia de ocupación.

Seamos claros; el problema no es Airbnb, sino la falta de viviendas.

Y la solución no está en analizar medidas tomadas bajo otras circunstancias, y que muy posiblemente conseguirán exactamente lo contrario a lo que buscaban, como son los modelos de regulación para Airbnb tomados en Hamburgo y Portugal.

¿Prohibir? No

¿Habría que prohibir Airbnb? Claro que no, ¿por qué habría que hacerlo?

¿Habría que regularlo? Claro que sí… Pero solo como un paso más del camino que habría que recorrer para modelar un entorno propicio a una atención integral del reto habitacional.

La solución está en reconocer que no existen políticas urbanas o de vivienda planteadas con un alcance verdaderamente integral y con contundente perspectiva de largo plazo.

Reconocerlo, aunque duela, sería el primer paso para una verdadera solución.


*Horacio Urbano

Presidente de Centro Urbano

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Horacio Urbano

Horacio Urbano es arquitecto. Su experiencia profesional se ha desarrollado en los diferentes ámbitos que definen la industria de la vivienda. En 1999 inició un proyecto editorial dirigido a los sectores inmobiliario y construcción que a lo largo de los años se ha convertido en una poderosa plataforma multimedios y en una verdadera referencia para esta industria. Fundador, junto con la también arquitecta Roxana Fabris, de Grupo Centro Urbano, firma que impulsa y desarrolla una serie de esfuerzos de comunicación relacionados con estos sectores. Como parte de su trabajo en México y el extranjero, ha escrito o participado en una serie de libros especializados, es colaborador de diferentes medios impresos y electrónicos, es activo conferencista y bajo diferentes modelos colabora también con diversas empresas e instituciones públicas y privadas del sector.


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