Los gobiernos locales abandonan sus responsabilidades con la vivienda, renuncian a su obligación con sus gobernados y le dejan el problema al gobierno federal.
Horacio Urbano.*
¿Conocen algún estado, zona metropolitana o municipio que tenga su propia política de vivienda?
¿No?
Yo tampoco.
Porque estamos hablando de una verdadera política de vivienda y no jaladas; una Política de Vivienda -asi, con mayúsculas- que ocupe un lugar preponderante en los objetivos y planes de gobierno y cuente con la debida vinculación con todas las instancias, programas y normativas relacionados con la materia.
Que cuente con programas, recursos, normativas, adecuadas instancias operativas, las debidas capacidades instaladas, equipos humanos elegidos por sus capacidades y no por su filiación política, y las debidas alianzas con el gobierno federal y el sector privado.
Porque eso es lo menos que habría que pedir…
El papel de los gobiernos locales
Pero no, los gobiernos locales, estatales y municipales, prefieren dejar los temas de la vivienda en manos del gobierno federal y no asumen el compromiso de dar a sus gobernados respuestas adecuadas, suficientes y oportunas.
El hecho es que los gobiernos locales abandonan sus responsabilidades con la vivienda y se van por el camino fácil de justificarse dejando el problema al gobierno federal.
Al hacerlo, alcaldes y presidentes municipales dejan sin atender inmensos problemas relacionados con la vivienda, como son la movilidad social, la seguridad, el acceso a satisfactores fundamentales como son servicios públicos, educación, salud y áreas verdes, y como son también temas relacionados con protección del medio ambiente, derechos humanos y competitividad económica.
Alcaldes y gobernadores hacen como que no ven en tanto crece el desmadre urbano y se acumulan los retos relacionados con la falta de vivienda.
Por supuesto, hay casos en que las cosas se hacen mejor, creando o apoyando las instancias que se requieren, como son los Institutos de Planeación Municipal o los organismos municipales o estatales de vivienda, aunque en ambos casos son pocos los que cuentan con recursos, estructuras y facultades alineados con los inmensos retos de sus contextos.
Espacios de poder
Hay además que decir que gobernadores y alcaldes se preocupan más por no ceder espacios de poder que por hacer lo que en verdad se requiere para atender en forma eficiente los retos de ordenamiento territorial, desarrollo urbano y vivienda, de las entidades que gobiernan.
Por supuesto, ese cuidar sus áreas de poder implica inmensas dificultades al momento de pretender planear una zona metropolitana que involucre a varios municipios y, en algunos casos, a varios estados.
Eso sencillamente es impensable, y así lo vemos en todas las zonas metropolitanas del país, incluyendo, desde luego y en primerísimo lugar, aquellas que son referente, como la Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey.
Y así, si ya es difícil pensar en una política de vivienda estatal o municipal, resulta un sueño guajiro pensar siquiera la posibilidad de que existan políticas de vivienda, institutos de planeación, organismos de vivienda o bolsas de recursos de orden metropolitano.
Nel… esos son terrenos que no se tocan…
Políticas de vivienda LOCALES
Y no, ante esto de poco sirve la política nacional de vivienda… Es más, de poco sirve la abundancia de créditos de Infonavit, Fovissste o de la banca, si los contextos locales impiden que se genere una oferta de vivienda adecuada para las particulares capacidades y necesidades de los diferentes grupos de población que conforman cada comunidad; sea chiquita, o sea grandota, esté alejada de todo, o esté en la zona mejor comunicada del país.
Y ojo, que claro que resulta fundamental la participación del gobierno federal en la materia, claro que resultan fundamentales organismos con el alcance de Sedatu, Infonavit, Fovissste, Sociedad Hipotecaria Federal, Conavi, el Instituto Nacional del Suelo Urbano Sustentable, y muchos más.
Pero ello no quita la necesidad de que cada localía tenga bien identificados sus retos en materia de vivienda y desarrolle en consecuencia las estrategias que, aprovechando y complementando los alcances de los organismos nacionales, permitan atender con mucha mayor potencia el reto habitacional.
Responsabilidades con la vivienda
Porque tendrían que ser los gobiernos locales los más interesados en mejorar la calidad de vida de su población y de hacerlo bajo modelos alineados con la visión de futuro de cada lugar y con base en proyectos integrales que consideren aspectos sociales, económicos, ambientales y urbanos.
Porque no es solo hacer viviendas… Esto se trata de construir calidades de vida y sembrar futuro.
Y es precisamente para construir calidades de vida y sembrar futuro que elegimos, o deberíamos elegir, a nuestros gobernantes, sobre todo a los locales, digo yo…
Poco hay que hacer una vez que han sido elegidos… Quizá el camino sea que seamos una sociedad mucho más responsable y en lugar de pedir bailecitos estúpidos o tuits guerrilleros a los candidatos, o de conformarnos con votar con el hígado, estemos lo suficientemente informados para pedir propuestas sólidas y, llegado el momento, exigir que las cumplan.
Que no se nos olvide, los gobiernos locales tienen gran parte de la culpa de muy buena parte de nuestros mayores problemas, incluyendo el desorden urbano y la crisis de vivienda.
Que no se nos olvide. Es nuestra obligación exigir que se hagan cargo.
Perspectivas 2023
Con el fin de entender el año que se nos vine encima, invitamos a un grupo de expertos a que nos dieran su opinión sobre el futuro inmediato relacionado con los sectores construcción, inmobiliario y vivienda.
Esto dio como resultado una increíble serie de columnas y charlas que estamos publicando en las diferentes plataformas de Centro Urbano y estamos circulando por nuestras redes sociales, bajo el HT #CUperspectivas2023.
No se las pierdan…
*Horacio Urbano
Presidente de Centro Urbano