De acuerdo con ONU-Habitat, el urbanismo táctico es un proceso colaborativo para recuperar el espacio público; así como para maximizar su valor compartido
ONU-Habitat, el programa de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos, destacó que el espacio público es un activo clave para el funcionamiento de la ciudad. Pues, bien diseñado y gestionado, tiene un impacto positivo en su economía, medio ambiente, seguridad, salud, integración y conectividad; por lo tanto, la calidad de vida de los ciudadanos está directamente relacionada con el estado de sus espacios públicos.
En este sentido, el urbanismo táctico es una herramienta de gran utilidad para dar respuesta a las necesidades de adecuación de los espacios públicos para la nueva normalidad urbana.
De acuerdo con ONU-Habitat, el urbanismo táctico es un proceso colaborativo para recuperar el espacio público; así como para maximizar su valor compartido. Éste se realiza a través de intervenciones ligeras, de bajo costo y rápida implementación para explorar alternativas de mejora de los espacios. Y, si las intervenciones traen beneficios y cambios positivos para la población, podrían realizarse de manera permanente.
“La implementación de intervenciones de urbanismo táctico se asocia al concepto Placemaking en inglés, que podría traducirse al español como ‘Hacer lugares’”, explica ONU-Habitat.
La agencia señala que las ciudades del mundo se encuentran en proceso de recuperación de la pandemia por Covid-19. Lo que dará pie a un escenario de ‘nueva normalidad urbana’; donde se prevé la continuidad de las actividades económicas, el trabajo y la movilidad bajo nuevas condiciones de higiene, cuidado y protección.
No obstante, también se abrirá la posibilidad de realizar cambios estructurales en la forma de gestionar, diseñar y habitar las ciudades en el futuro; en las que los espacios públicos deben ser un elemento central.
En este sentido, el urbanismo táctico puede ser fundamental para redistribuir el uso de las vialidades; así como asignar más espacio a las aceras, andadores y ciclovías. Con lo que se promueve la movilidad peatonal o no motorizada, en respuesta a las necesidades de la nueva normalidad.