Inicio / Vivienda / Vivienda, clave para la prosperidad urbana en México: expertos

Vivienda, clave para la prosperidad urbana en México: expertos

Vivienda |

Lonardoni subrayó que la crisis de la vivienda ya no es un problema exclusivo de países en desarrollo, sino un fenómeno mundial

Durante el panel ‘Territorios que prosperan: el papel de la vivienda en el desarrollo económico y social’, que se realizó en el marco del Encuentro Nacional de Vivienda 2025, especialistas coincidieron en que el acceso a una vivienda adecuada no solo es un derecho social, sino uno de los principales motores para el crecimiento económico, la reducción de desigualdades y la construcción de ciudades más productivas.

En su intervención, Fernanda Lonardoni, jefa del Programa de ONU-Habitat para México, Cuba y Centroamérica, destacó que el mundo atraviesa un proceso acelerado de urbanización que seguirá profundizándose en las próximas décadas.

Asimismo, mencionó que, actualmente, la población mundial asciende a 8,000 millones de personas y se estima que para 2050 llegará a casi 10,000 millones, lo cual implicará enormes presiones sobre las ciudades.

Además, a nivel global, cada cuatro meses tendría que construirse una ciudad del tamaño de Nueva York para alojar a la población que se incorpora a zonas urbanas. Sin embargo, advirtió que este crecimiento se ha dado, en gran medida, mediante expansión de baja densidad hacia la periferia, con menos acceso a servicios, empleo y oportunidades.

“La forma en que están creciendo las ciudades está profundizando las desigualdades”, señaló, y explicó que una persona que vive en zonas centrales puede tener hasta 28 veces más acceso a empleos formales que quien habita en las periferias.

La crisis de la vivienda es global

Por otro lado, Lonardoni subrayó que la crisis de la vivienda ya no es un problema exclusivo de países en desarrollo, sino un fenómeno mundial.

A nivel global, dijo, casi 3,000 millones de personas viven actualmente en condiciones de insuficiencia habitacional, es decir, cerca de la mitad de la población del planeta.

En América Latina, entre 25% y 30% de la población urbana vive en asentamientos informales, y a esto se suma un grave problema de asequibilidad, en el que menos del 10% de las ciudades del mundo cuentan con mercados de vivienda verdaderamente accesibles para la mayoría de su población.

Pese a este escenario, también destacó una oportunidad histórica, ya que en los próximos 25 años aún falta por construirse cerca del 80% de la infraestructura urbana que requerirá el mundo, lo que abre la posibilidad de corregir errores del pasado y orientar el crecimiento hacia ciudades más compactas, inclusivas y sustentables.

La importancia de la vivienda en la economía mexicana

Desde la perspectiva estadística, Octavio Heredia, director general adjunto de Estadísticas Sociodemográficas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mencionó que, hasta 2020, el país contaba con 35.2 millones de viviendas particulares habitadas, cifra que, de acuerdo con estimaciones más recientes, ya supera los 38.5 millones.

Expuso también que, aunque el acceso a servicios como el sanitario está ampliamente cubierto a nivel nacional, todavía persisten grandes desigualdades regionales en la calidad de los materiales de construcción. Mientras estados como Nuevo León o Aguascalientes superan el 96% de viviendas con techos de losa, entidades como Chiapas, Tabasco u Oaxaca se mantienen por debajo del 50 por ciento.

A esto se suma que 44% de las viviendas presentan problemas de humedad, 40% muestran grietas o cuarteaduras, y casi 8% registra fallas en tuberías, lo que evidencia que el déficit habitacional en México es mayormente cualitativo, es decir, asociado a la calidad de la vivienda existente.

En términos de tenencia, alrededor del 60% de las viviendas son propias, mientras que el mercado de renta ha comenzado a ganar relevancia, especialmente entre jóvenes y familias que aún no pueden acceder al crédito.

Motor del PIB y del empleo

Pero, más allá de su dimensión social, Heredia destacó el peso económico del sector vivienda. En 2023, la producción, adquisición y regulación de vivienda representó 1.6 billones de pesos, equivalentes al 5.3% del PIB nacional, con un crecimiento anual de 2.6 por ciento.

Además, esta actividad genera 2.19 millones de empleos, cerca del 5.4% del total nacional, lo que confirma que la vivienda no solo es una necesidad social prioritaria, sino uno de los pilares de la economía mexicana.

En materia de pobreza, los datos muestran avances: en 2008, cerca de 19.7 millones de personas vivían en viviendas con carencias graves en pisos, muros o techos; para 2024, la cifra se redujo a 10.3 millones, pasando de 17.7% a 7.9% de la población. No obstante, el rezago sigue siendo considerable.

El reto de la política pública y el suelo

Desde el enfoque de política pública, José Iracheta, titular del Instituto Nacional del Suelo Sustentable (Insus), advirtió que el patrón de crecimiento urbano en México ha sido profundamente desequilibrado, pues, en los últimos 50 años, las ciudades se han expandido 2.3 veces más rápido que su población, lo que ha dado lugar a urbes de baja densidad, con centros urbanos despoblados y periferias cada vez más alejadas.

Este modelo ha elevado de manera exponencial el precio del suelo y de la vivienda, y hoy, cerca del 50% de la población no tiene capacidad para adquirir una vivienda adecuada dentro de la ciudad, especialmente los primeros cinco deciles de ingreso.

Iracheta explicó que el crecimiento urbano se ha dado mayoritariamente sobre suelo de origen ejidal: aproximadamente 80% del crecimiento urbano de los últimos 40 años se ha asentado en terrenos ejidales, lo que genera procesos extensos de irregularidad, altos costos posteriores de regularización y dificultades para proveer servicios.

Vivienda, territorio y prosperidad

A lo largo del panel, los especialistas coincidieron en que la vivienda debe dejar de verse únicamente como un producto inmobiliario y asumirse como un instrumento central de desarrollo económico, social y territorial.

La forma en que se diseñan, localizan y financian las viviendas impacta directamente en la productividad, el acceso a empleo, la movilidad, la calidad de vida y la cohesión social. Por ello, insistieron en la necesidad de políticas públicas que fomenten ciudades más compactas, con mejor localización de vivienda, acceso a infraestructura, transporte, servicios y oportunidades.

“El problema está en las ciudades, pero también en las ciudades están las soluciones”, concluyeron los panelistas, y destacaron que el futuro de la prosperidad en México pasa, necesariamente, por repensar su modelo de vivienda y desarrollo urbano.

Tags

Fernanda Hernández

Reportera y redactora en Centro Urbano. Soy egresada de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM). Me interesa la cultura, el urbanismo y la arquitectura. Amante del mundo digital, el cine, la música, la lectura y la escritura.


Utilizamos cookies de terceros para generar estadísticas y mostrar publicidad personalizada.