Especialistas en vivienda y urbanismo consideran que se tiene que incentivar este tipo de programas
En América Latina el déficit de vivienda digna llega a más de 58 millones de familias y la gran parte se encuentra en las zonas urbanas, ya que 80 por ciento de nuestra población vive en ciudades.
Este registro cubre a 37 por ciento de los hogares en la región, cantidad que ha disminuido relativamente, debido a que en 1995 era 45 por ciento. Además, las cifras son muy variable por país. Por ejemplo, en Costa Rica es 18 por ciento el déficit y en el caso de Nicaragua alcanza a ser 78 por ciento.
Seis expertos en vivienda en Latinoamérica que fueron reunidos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para debatir sobre esta situación y encontraron una solución que puede ayudar: la vivienda en renta.
Andrés Blanco, especialista en desarrollo urbano y vivienda del BID, considera que una vivienda digna “debe incluir infraestructura, electricidad, agua, materiales adecuados en techos y pisos” y en el caso del alquiler, propone que el gobierno incentive la producción de desarrollos con esta característica.
“La vivienda no es solo un activo, sino es un servicio y los gobiernos deben complementar su estrategia ofreciendo vivienda en alquiler para quien lo necesita. No significa substituir una por otra, sino complementar, y para esto, hay que crear incentivos para que el sector privado construya y opere la vivienda de alquiler. Existen muchos ejemplos de estos incentivos como subsidios, complementos donde el gobierno pone la tierra y el privado construye”.
Además, agrega que ante la cantidad de vivienda abandonada que existe, que en México alcanza 20 por ciento, se pueden utilizar para este objetivo.
“El alquiler puede ser una forma de incentivar o de usar mejor el stock que ya está construido, ya que no hay construcción más sostenible que aprovechar lo que ya está construido”.
El economista brasileño Martim Smolka, autor de publicaciones sobre mercados y políticas de suelo urbano, nota que existe poco interés hacia la vivienda social y por esa razón, el alquiler tiene una demanda alta, sobre todos en zonas céntricas de las urbes.
“Hay un mercado creciente de alquiler. Es un mercado dinámico en las áreas más centrales de las ciudades y es un indicador de la demanda que existe de las familias de bajos ingresos en las áreas de mejor accesibilidad de la ciudad”.
Cynthia Goytia, directora de la Maestría de Economía Urbana de la Universidad Torcuato Di Tella, Argentina cree que con la renta las familias que no pueden pagar una vivienda digna, tendrían acceso a ella a un costo más bajo.
“Un buen programa de vivienda en alquiler bien diseñado puede muchas veces permitir el acceso de una vivienda de mejor calidad a las familias pobres y a un costo más razonable del que pagan en un asentamiento”.