Rachel G. Bratt indicó que la vivienda es clave para combatir otras problemáticas en materia de salud, educación, seguridad alimentaria, etc.
En el marco del III Foro Regional de Vivienda, Rachel G. Bratt, profesora Emérita del Departamento de Política y Planificación Urbana y Medioambiental de la Universidad Tufts, destacó que América Latina y el Caribe es la región már urbanizada del mundo, con el 82% de su población viviendo en ciudades.
Sin embargo, advirtió que cerca de 104 millones de personas carecen de una vivienda adecuada en la región, especialmente las poblaciones indígenas y afrodescendientes. Esto debido a que el costo de la vivienda puede ser hasta 30 veces más alto que el ingreso anual promedio.
No obstante, indicó que la vivienda es clave en la estrategia global para combatir otras problemáticas en materia de salud, educación, seguridad alimentaria, entre otras.
“Para que las personas puedan maximizar su potencial para tener una vida correcta y los estudiantes poder avanzar en la escuela, necesitan un lugar seguro y asequible para vivir. Segundo, la buena salud depende de una fuente limpia y adecuada, que son ingredientes centrales de una vivienda digna”, dijo.
Asimismo, la experta destacó la importancia de regularizar los costos habitacionales en la región, pues esto reduciría la ansiedad de las personas por ser sacadas de su hogar o por una renta que no puedan pagar.
“Y la seguridad alimentaria también es importantísima, porque si hay una vivienda asequible, la gente tendrá también el dinero para poder cumplir con otras necesidades, como la alimentaria. La vivienda puede, y debe, ser el fundamento para estabilizar las vidas y mejorar la seguridad de las familias”, aseveró.
Durante su ponencia, Bratt expuso cuatro estrategias para impulsar la producción formal de vivienda asequible:
- Cómo deben dirigirse los subsidios y el dinero para la producción y mantenimiento de los hogares
- Importancia de tener una propiedad de vivienda y suelo no especulativo
- Estrategias innovadoras para captar más fondos para una vivienda asequible
- Ideas para poder optimizar el uso del suelo y los edificios existentes
“Dado que es poco probable que el mercado inmobiliario privado pueda, o esté interesado en proporcionar viviendas asequibles para familias de bajos ingresos, generalmente se requiere financiación gubernamental. Por lo tanto, la primera pregunta que tenemos que hacernos es cómo deben dirigirse el dinero y los subsidios”, señaló.
Como ejemplo, destacó que, en Estados Unidos, los subsidios tienen diversos enfoques, como créditos directos y apoyos del gobierno federal, subsidios para reducir las tasas de interés sobre los créditos, ayuda para reducir el costo de las rentas y créditos fiscales que ofrecen una deducción fiscal para los inversionistas del sector privado.
“Es importante de entender que este tipo de apoyos son la mejor forma de que la vivienda social siga siendo asequible a largo plazo”, dijo.
Con respecto a la segunda estrategia, Bratt resaltó la necesidad de remover a la vivienda asequible del modelo de producción especulativa, ya que este incrementa los precios y, por lo tanto, las personas no pueden costear un hogar propio o una renta.
Por otro lado, en la tercera estrategia, mencionó que la vivienda asequible requiere de contribuciones por parte de los desarrolladores y de la iniciativa privada; así como establecer nuevos impuestos a los residentes, que sean voluntarios o para las viviendas de alto costo.
Finalmente, respecto a la cuarta estrategia, la experta consideró que es posible adquirir terrenos y edificios excedentes, ya sean propiedad del gobierno o provados; o bien, reutilizar propiedades subutilizadas, como edificios de oficinas o centros comerciales.
