En 2024, el gasto promedio trimestral del hogar fue de 47,674 pesos, de los cuales 4,346 pesos se destinaron a vivienda y servicios
En 2024, los hogares mexicanos incrementaron el gasto destinado a su vivienda, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El estudio confirma que, aunque el gasto en alimentos sigue siendo el principal rubro del presupuesto, el destinado a vivienda y servicios mantiene un crecimiento sostenido y supera el promedio de años anteriores.
Datos de la ENIGH revelaron que el gasto corriente monetario promedio trimestral del hogar fue de 47,674 pesos en 2024, de los cuales 4,346 pesos se destinaron a vivienda y servicios, es decir, el 9.6% del presupuesto total, cifra que ha crecido un 7.9% respecto a 2022 y un 7.5% frente a 2016.
En zonas urbanas este rubro representa un promedio de 5,006 pesos trimestrales (9.6%), mientras que en zonas rurales alcanza apenas 1,781 pesos (5.8%).
Ocho millones de hogares rentan y se endeudan indirectamente
Sin embargo, datos recientes revelan que cuatro de cada 10 familias en el país no habitan en una vivienda propia, exacerbando la presión económica sobre los hogares más vulnerables.
En ese sentido, solo el 59.4% de las familias vive en una vivienda propia; mientras que el 15.7% renta, el 10.4% está pagando un crédito hipotecario, y el 11.8% vive en viviendas prestadas o en situación de litigio.
Además, de los más de 6.3 millones de hogares que rentan, los del primer decil de ingresos destinan hasta 32.6% de su ingreso corriente al alquiler; en el segundo decil, el porcentaje baja al 21.4%; mientras que en el décimo decil solo representa el 11.5% del ingreso.
En contexto: encarecimiento y barreras persistentes
Al cierre del primer trimestre de 2025, Sociedad Hipotecaria Federal reportó que el precio promedio de vivienda en México alcanzó 1 millón 859,033 pesos, con un incremento anual del 8.2%, más del doble de la inflación (3.93%).
Este encarecimiento, sumado a tasas hipotecarias que rondan el 11.65%, coloca a la compra de vivienda fuera del alcance de amplios sectores, especialmente jóvenes y trabajadores sin ingresos estables, quienes rentan en condiciones precarias.
Retos estructurales y urgencia de políticas
Estas estadísticas muestran que millones de familias enfrentan una doble carga: por un lado, dedican una proporción cada vez mayor de su ingreso a vivienda y servicios básicos; por otro, carecen de propiedad, lo que deriva en inseguridad habitacional y limitación del ahorro.
El alza de precios y la dificultad para acceder a financiamiento hipotecario agravan la desigualdad en el acceso a viviendas dignas y asequibles.
Horizonte de respuesta pública
Para combatir el déficit, el gobierno federal impulsa el Programa de Vivienda para el Bienestar (PVB), que incluye la construcción de 1 millón 700,000 viviendas sociales en el sexenio; así como la regularización de viviendas existentes y programas de arrendamiento social con opción de compra, con especial prioridad para mujeres jefas de familia, jóvenes, pueblos indígenas y personas mayores.
De acuerdo con Edna Vega Rangel, titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), a inicios de julio de 2025 ya había arrancado la construcción de hogares en 30 entidades del país, con un total de 138,473 viviendas en construcción y trabajos preliminares.









