“Si no encontramos la manera de incentivar la construcción nueva y que esa manera sea sostenible, ese déficit va a seguir aumentando”
La capital del país enfrenta una crisis habitacional sin precedentes, pues mientras que cada año apenas se construyen unas 8,000 viviendas nuevas, el déficit acumulado supera las 600,000 a 700,000 unidades, de acuerdo con los especialistas que presentaron la iniciativa Revive, Red para el rescate de la vivienda.
El déficit crece cada año
Los ponentes advirtieron que el rezago se expande de manera constante, ya que la demanda de vivienda en la ciudad sigue aumentando y no existen los incentivos ni la velocidad administrativa para autorizar nuevos proyectos.
“Si no encontramos la manera de incentivar la construcción nueva y que esa manera sea sostenible, ese déficit va a seguir aumentando y lo único que va a provocar es una crisis social peor que la que tenemos ahorita”, alertó Jordan Malugen, miembro del Consejo de la Asociación de Vivienda en Renta (Aver).
Más vivienda para estabilizar precios
Uno de los consensos del encuentro fue que la única solución estructural a la crisis es producir más vivienda en todos los segmentos. Con más oferta, señalaron, los precios tienden a estabilizarse e incluso a bajar.
“Está comprobadísimo: entre más vivienda exista, los precios bajan. Eso atrae inversión, genera infraestructura, mejora la movilidad y la calidad de vida en las colonias”, apuntó Francisco Andragnes, CEO de Homie.mx.
Obstáculos: permisos, financiamiento y falta de visión de ciudad
Asimismo, los desarrolladores señalaron que los trámites pueden tardar hasta tres años, lo que frena la construcción, además de que persiste la falta de capital y de esquemas de financiamiento, sobre todo para proyectos de vivienda en renta, a pesar de que esta modalidad podría ser una alternativa viable para gran parte de la población que no puede acceder a una hipoteca.
También criticaron la ausencia de una planeación urbana integral, que derive en una visión compartida de qué ciudad se quiere construir.
Densificación y reutilización de espacios
Como solución, se planteó la necesidad de densificar ciertas zonas de la ciudad de manera ordenada y acompañada de inversiones en infraestructura —agua, transporte público, espacios públicos—, así como aprovechar el potencial de edificios vacíos, inmuebles industriales en desuso y oficinas que perdieron vigencia tras la pandemia.
“La Ciudad de México sigue siendo una ciudad chaparra; liberar densidades y alturas permitiría acercar a más personas a la infraestructura existente”, subrayaron.
Colaboración público-privada
De igual manera, los expertos destacaron la importancia de generar confianza en la inversión mediante reglas claras y certeza jurídica.
Y, al mismo tiempo, llamaron a que el gobierno y el sector privado trabajen juntos en esquemas que aceleren la producción de vivienda y distribuyan los beneficios de las obras entre las comunidades.
En ese sentido, los ponentes fueron claros: mantener la producción en niveles tan bajos frente a la magnitud del déficit no solo encarece las rentas, sino que expulsa población hacia la periferia y agudiza problemas sociales.
“No hay soluciones mágicas ni inmediatas. La construcción de nueva vivienda toma tiempo, pero si no arrancamos ya, el déficit y las tensiones urbanas seguirán creciendo”, advirtieron.
