En el país hay 4,900,000 viviendas deshabitadas, señala encuesta que se presentó en el Senado
Alicia Ziccardi, integrante del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, presentó la Encuesta Nacional sobre las Condiciones de Habitabilidad de la Vivienda en México en el Senado de la República, donde afirmó que los principales problemas que persisten es que las casas son muy pequeñas, muy caras y de mala calidad, especialmente en el sur del país.
Durante la presentación de la colección “Los mexicanos vistos por sí mismos”, afirmó que hay un aumento de la pobreza que impide el acceso a la vivienda y resaltó que 25 millones de personas carecen de servicios básicos al interior de sus casas.
Aunque en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón se dio una producción masiva de vivienda, su falta de planeación provocó la expansión de periferias urbanas, de ciudades dispersas y difusas, casas que no corresponden a las condiciones ambientales y físicas de su localización, se han tenido problemas gravísimos con fenómenos naturales.
Además, se usaron prototipos que no consideran la diversidad ni cultural ni social de las familias mexicanos y de las diferentes regiones del país y muchas casas que se construyeron son de mala calidad, que ponen en riesgo el patrimonio familiar.
“Se ha construido mucha vivienda y no ciudad, lo que no garantiza ni cohesión social ni una vida comunitaria adecuada”, advirtió. Indicó que en el país hay 4,900,000 viviendas deshabitadas, de las cuales muchas son producto de esta política de vivienda”.
Destacó que existe un aumento de las necesidades de vivienda porque hay un proceso de urbanización acelerado, pues cada vez hay más mexicanos que viven en ciudades en grandes metrópolis, además de que está ocurriendo una modificación en las estructuras de los propios hogares.
No obstante, subrayó que el tamaño de las viviendas sigue siendo muy pequeño para las características de los hogares mexicanos y hay limitaciones para el acceso a financiamiento, sobre todo, por el bajo ingreso de los trabajadores y la precarización del empleo.
“Para que un sistema de seguridad social funcione correctamente se necesita estabilidad y buenos salarios; la precarización en el empleo no permite que muchos de los trabajadores puedan acceder a una vivienda adecuada”, apuntó.
Ha habido avances sustanciales en la política de vivienda en los últimos años, pero se debe de recuperar la visión social en este tema, enfatizó.
Por su parte, la senadora María Elena Barrera Tapia, presidenta de la Comisión de Vivienda, expresó que en el Poder Legislativo se trabaja para realizar reformas que permitan a los trabajadores y a los grupos vulnerables tener acceso al financiamiento de vivienda.
