Al oriente de la Ciudad de México persisten usos y costumbres relacionados con el entorno agrícola; desarrollos habitacionales aparecen como nuevos retos
La modificación de los modelos de urbanización y el choque con las áreas tradicionales generan conflictos entre los habitantes, empresas inmobiliarias, propietarios del suelo, autoridades y nuevos residentes, asegura María Teresa Esquivel, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Durante la ponencia ‘Nuevas periferias metropolitanas: espacios de contraste e imaginarios encontrados’, la socióloga especializada en identidades urbanas explicó que como parte de la industrialización a lo largo del siglo XX mexicano, se dieron dos formas de apropiación del suelo en las periferias: la construcción de vivienda por parte del Estado y los asentamientos irregulares.
Para la construcción de vivienda enfocada a las clases populares, a lo largo de la década de 1970 aparecieron el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), el Fondo de Vivienda Militar (Fovimi) y el Fondo de Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (Fovissste).
Sin embargo, con el desmantelamiento del Estado social y la llegada de la globalización, las instituciones modificaron sus objetivos y redujeron la participación en la garantía de vivienda para la población. Esquivel estimó que las instituciones del ramo pasaron solo a orientar los desarrollos urbanos en función a las necesidades de la periferia, por lo cual los procesos de urbanización fueron desiguales.
Para la investigadora los conflictos que vienen de la mano con nuevos sistemas de convivencia son producto de la invasión de diferentes formas de organización social. Los habitantes originarios preservan sus tradiciones pero en condiciones de precariedad; al mismo tiempo, los inquilinos de conjuntos habitacionales cuentan con todos los servicios.
Por último, Esquivel afirmó que la estigmatización se da entre los dos grupos sociales, pues quienes previamente habitaban la comunidad ven a los recién llegados como elitistas, estos últimos se recluyen a sus propios espacios para no entrar en contacto con personas a las que consideran de menor nivel socioeconómico.