La absorción de aguas pluviales es más compleja en las grandes urbes, por la alta presencia de hormigón en edificios e infraestructura vial
La Asociación Nacional de Funcionarios de Transporte de Ciudad (NACTO por sus siglas en inglés) lanzó una guía nueva enfocada al mejoramiento del diseño de las calles, esto con la perspectiva de cómo tales espacios públicos pueden estar preparados para enfrentar las lluvias de forma eficaz.
Desde el punto de vista de que la absorción de aguas pluviales es más compleja en las grandes urbes, dada la alta presencia de hormigón en edificios, infraestructura vial, veredas y calzadas, introducir cambios para elevar la calidad de vida se vuelve necesario.
La nueva guía, hecha en colaboración con el área de Ciudades Sostenibles de la Fundación Summit, pone atención ante este requerimiento y propone estrategias dirigidas a convertir las calles en lugares más seguros, en especial a través de la movilidad, además de promover una mejor relación entre las ciudades y sus cuerpos de agua.
Las estrategias plasmadas en la guía fueron elaboradas con base en seis principios sustentables que corresponden a la protección y restauración de recursos naturales, promoción de la salud, equidad y un hábitat humano.
La primera hace referencia a desarrollar sistemas de drenaje adecuados que puedan filtrar el ciclo hidrológico de las cuencas; debido a que en el pasado los terrenos de las ciudades eran puros y actualmente, con el paso de un temporal, las vialidades quedan anegadas a causa de la cualidad impermeable del 60% de las superficies urbanas. Si en las ciudades se preservan las áreas verdes, éstas podrían absorber las aguas de lluvia.
Por su parte, en el segundo punto la NACTO reitera la importancia del aumento y conservación de la vegetación en las urbes, con especial enfoque en zonas mayormente afectadas por la contaminación del aire, los basurales e inundaciones.
Asimismo, los puntos tres, cuatro y cinco van orientados hacia el diseño para la seguridad y movilidad, para un ciclo de vida y para la resilencia.
Por ello, el número tres hace la invitación a aprovechar los espacios verdes por dos razones: su rol en el medio ambiente y la seguridad de las calles. Además plantea que la infraestructura vegetal aumente el valor de los proyectos, alineada con los paradigmas de sustentabilidad de movilidad y protección vial.
En el caso de la cuarta estrategia, la NACTO hace una recomendación: no sólo hay que tener en consideración el costo económico, sino también el ecológico, pues resulta el más afectado al momento de hacer una inversión en infraestructura para gestión de aguas pluviales. Además, es necesario considerar equipamiento para manejar las aguas negras, ya que pueden introducirse al ciclo del agua si son tratadas adecuadamente.
Sobre el punto cinco que habla sobre resilencia, que si se aplica al diseño urbano para el caso de las aguas de lluvia, se obtiene que tras alguna crisis es necesario invertir infraestructura para optimizar el manejo sostenible de este recurso, sobre todo en la actualidad que existen sequías y tormentas en regiones donde antes no las había.
Por último, la sexta propuesta de la nueva guía de la NACTO habla sobre optimizar el rendimiento; es decir, el diseño de la infraestructura para manejo de aguas debe ser adecuado y responder al espacio disponible, los microclimas y la topografía. Del mismo modo, a nivel de calle, es necesario que cumpla funciones pensadas en las personas y su forma de moverse, no importa si es a pie, en bicicleta e incluso, si cuentan con movilidad reducida o al caminar llevan sus carriolas.
De esta forma, la infraestructura verde tendrá una capacidad de infiltración que beneficie a toda la cuenca y logre integrarse al ciclo del agua de la ciudad.
