Prevenir y gestionar brotes de Covid-19 es el mayor desafío para los gobiernos de ciudades que cuentan con barrios marginales; en los que seguir las medidas preventivas es muy difícil
La pandemia del Covid-19 ha afectado a territorios de todo el mundo, con todo tipo de características geográficas y sociales; sin embargo, ONU-Hábitat afirma que existe una oportunidad para algunos países y ciudades del hemisferio sur, para aprender de las respuestas de las regiones que ya han pasado por esta situación.
El organismo señala que los gobiernos locales y regionales son la primera línea de preparación y respuesta a la enfermedad; pues, junto con las autoridades sanitarias y las comunidades, son quienes garantizarán que los servicios públicos funcionen correctamente.
“Los gobiernos locales y regionales están lidiando con la emergencia de salud, mitigando el impacto social y económico de los más pobres en tiempo real. Deben mantener los servicios básicos y garantizar el suministro de alimentos”, destaca.
Asimismo, tendrán que dar soluciones cuando se pierdan empleos en las zonas urbanas y las personas tengan que buscar cómo subsistir; así como hacer posible que la sociedad civil se una y contribuya a la resiliencia de las comunidades.
Por otro lado, prevenir y gestionar brotes de Covid-19 es el mayor desafío para los gobiernos de las ciudades con barrios marginales y asentamientos informales; en los que las personas utilizan sistemas de transporte público abarrotados o en condiciones poco adecuadas; y sufren la falta de servicios de gestión de residuos, viviendas deficientes, ausencia de servicios básicos e instalaciones sociales.
En estas zonas, el riesgo de contagio de cualquier enfermedad infecciosa es aún mayor; pues son entornos en los que seguir las medidas preventivas, como permanecer en el interior y el autoaislamiento, son muy difíciles.
En este sentido, la resiliencia de las comunidades debe ir más allá de la respuesta a los desastres; y desarrollarse a través de una red de seguridad social mejorada.
Trabajar en favor de comunidades sostenibles permite que las ciudades y regiones desempeñen un papel clave en la prevención del aumento de la desigualdad, la pobreza y la estigmatización de la población de quienes no tienen un ingreso seguro o beneficios sociales.
“La forma en que respondamos a la crisis del Covid-19 y lo que aprendamos de esa respuesta será fundamental para construir las ciudades y comunidades del futuro. Es solo a través del trabajo para construir una ciudadanía amplia, que los gobiernos locales y regionales lograrán cambiar esta situación”, subraya ONU-Hábitat.