El Día Mundial del Urbanismo busca reconocer y promover el papel de la planificación urbana en la creación de comunidades habitables
Cada 8 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Urbanismo, una fecha que busca crear conciencia sobre la importancia de planificar, construir y gestionar comunidades sostenibles, seguras, inclusivas y resilientes.
Esta efeméride tiene su origen en 1934, cuando el urbanista e ingeniero argentino Carlos María della Paolera concibió el símbolo del Urbanismo, representado por el aire, el sol y la vegetación, tres elementos esenciales para la vida humana simbolizados con los colores azul, oro y verde.
Años más tarde, en 1949, se instauró oficialmente la conmemoración, a petición del propio urbanista y del Instituto Superior de Urbanismo de Buenos Aires, con el propósito de reconocer y promover el papel de la planificación urbana en la creación de comunidades habitables.
Un llamado global a mejorar las ciudades
La celebración del Día Mundial del Urbanismo invita a los países y gobiernos locales a emprender acciones concretas por el bien común, como la ampliación de parques y zonas recreativas, la recuperación de espacios públicos y la descongestión de zonas superpobladas.
También impulsa la culminación de obras de desarrollo urbano y la reducción de la contaminación del aire y del agua, como parte de un esfuerzo integral hacia la sostenibilidad.
La conmemoración está a cargo de la Organización Internacional del Día Mundial del Urbanismo, con comités permanentes en los países adheridos a esta iniciativa.
Retos urbanos hacia 2050
De acuerdo con estimaciones de las Naciones Unidas, para el año 2050 el planeta tendrá más de 9,000 millones de habitantes, de los cuales el 70% vivirá en ciudades.
Este fenómeno implica grandes retos: el crecimiento poblacional, el cambio climático, la crisis de vivienda, la movilidad insostenible y la desigualdad en el acceso a los espacios públicos.
Hoy, el urbanismo ya no se limita a la estética o funcionalidad: representa justicia, resiliencia y sustentabilidad. Este día es, por tanto, un recordatorio de que las ciudades deben replantear su manera de operar, desde la planeación de los barrios hasta la integración del transporte, la vivienda, la naturaleza y la comunidad.
El caso de la Ciudad de México
En la Ciudad de México, los retos son claros: densidad, movilidad, informalidad urbana, derecho a la vivienda y renovación de espacios verdes.
Sin embargo, diversos proyectos nacionales e internacionales demuestran que es posible avanzar hacia un urbanismo más humano y participativo, con barrios que integran vivienda asequible, transporte limpio y espacios públicos de calidad.
Estas experiencias exitosas refuerzan la idea de que el buen urbanismo no es un lujo, sino un requisito para las ciudades del futuro. Porque una ciudad bien planificada es una ciudad con futuro.
