Más de 55% de la población mundial vive en ciudades, las cuales emiten más de 70% de los gases de efecto invernadero globales
En el marco del Día Mundial del Hábitat, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señalaron que todas las ciudades al rededor del mundo deben revolucionar sus estrategias de planificación y movilidad urbana para reducir las emisiones de CO2 y mejoras la calidad de vida de los ciudadanos.
En este sentido, Alejandra Alvarado Zink, especialista en medio ambiente de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, destacó que más del 55% de la población mundial vive en ciudades, las cuales emiten más de 70% de los gases de efecto invernadero globales, por lo que es necesario reflexionar cómo se pueden mejorar o perfeccionar estos lugares.
Asimismo, la académica señaló que, actualmente, la ONU busca crear conciencia de que las ciudades se deben planear de mejor forma, ya que el crecimiento de la población urbana es constante a consecuencia de la migración de personas que buscan encontrar una mejor vida en las urbes.
“Se necesita una revolución en la planificación y en la movilidad urbana, mejor eficiencia de combustibles, vehículos cero emisiones; cambios de hábitos como caminar, mayor uso de la bicicleta, transporte público o desplazamientos cortos. Las ciudades se beneficiarán más de la eliminación gradual del carbón: aire limpio, espacios verdes abiertos y gente más sana”, aseguró Alvarado Zink
Se debe mejorar el hábitat de las personas
Por otro lado, la maestra en Ciencias por la Universidad de Nuevo México indicó que debe ser prioridad para los gobiernos revalorar el hábitat en donde se desarrollan las personas, el cual, dijo, en el caso del ser humano son múltiples los ecosistemas en los que habita, pero especialmente prospera en bosques templados o cerca de cuerpos de agua, como es el caso de la Ciudad de México.
En ese tenor, explicó que, de acuerdo con diversos estudios impulsados por la Organización Mundial de la Salud, un sitio con mayor biodiversidad ofrece mejor calidad de vida a sus habitantes, por lo que es necesario pensar a largo plazo e incorporar tecnologías que reduzcan las emisiones de CO2 y fortalecer las áreas verdes.
Finalmente, Alejandra Alvarado Zink afirmó que sí es posible que los habitantes de las urbes puedan contribuir a tener mayor calidad de vida y reducir los efectos del cambio climático, al aprovechar mejor los recursos, apoyar el desarrollo de techos verdes, colocar macetas con flores, contribuir a la reforestación en sitios público y, sobre todo, al no desperdiciar el agua.