Las ciudades de 15 minutos plantean que cualquier persona pueda acceder a lo esencial en un radio no mayor a 15 minutos desde su hogar
Las lluvias intensas, la contaminación persistente y el tráfico interminable han vuelto a evidenciar los retos diarios que enfrentan millones de habitantes en la Zona Metropolitana del Valle de México.
Con calles anegadas y contingencias ambientales cada vez más frecuentes, muchas personas se preguntan si es posible mejorar la calidad de vida sin tener que abandonar las grandes ciudades. Una respuesta empieza a tomar fuerza: las ciudades de 15 minutos.
¿Qué son las ciudades de 15 minutos?
El concepto plantea que cualquier persona debería poder acceder a lo esencial —trabajo, educación, salud, compras y entretenimiento— en un radio no mayor a 15 minutos caminando o en bicicleta desde su hogar. Más que un ideal urbano, se trata de una propuesta concreta ante el desgaste físico, mental y económico que implica pasar horas atrapado en el tráfico o el transporte público.
El costo de la distancia
Según el estudio ‘Retos y perspectivas del trabajo 2024’, realizado por WeWork, el 42% de los trabajadores mexicanos recorren entre 10 y 50 kilómetros para llegar a su empleo.
Además, el 49 % de ellos utiliza su propio vehículo, lo que contribuye tanto al congestionamiento vial como a la contaminación; otro 34 % usa transporte público, y dentro de ese grupo, el 17 % debe apoyarse en apps de movilidad para completar su trayecto.
Estas cifras muestran que, más allá del clima, el modelo actual de las ciudades castiga al ciudadano promedio, obligándolo a sacrificar horas valiosas que podrían destinarse al descanso, la familia o el autocuidado.
El auge del trabajo flexible
No obstante, el cambio ya comenzó. En 2019, solo el 11% de los trabajadores mexicanos laboraba bajo un esquema híbrido, y hoy esa cifra alcanza el 64%.
Esta transformación no solo ha permitido un mayor equilibrio entre vida personal y profesional, también ha demostrado que muchas tareas pueden realizarse desde cualquier lugar, idealmente, uno más cercano a casa.
Es ahí donde los espacios de trabajo flexibles cobran protagonismo. Al permitir que las personas trabajen sin necesidad de desplazarse grandes distancias, estos modelos ayudan a despresurizar la infraestructura urbana y a mejorar la salud física y mental de los empleados.
¿Utopía o futuro inmediato?
“Ciudades como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey tienen el potencial de avanzar hacia modelos urbanos más integrados”, comentó Álvaro Villar, Head de Ventas Hispanoamericanas de WeWork.
Para lograrlo, dice, es necesario apostar por la descentralización del trabajo y fomentar el uso de espacios de coworking y oficinas compartidas en zonas residenciales o periféricas.
Implementar esta visión requiere inversión, voluntad política y colaboración entre sectores público y privado. Pero sobre todo, demanda una nueva forma de pensar el urbanismo: una donde la cercanía, la salud y la resiliencia sean tan importantes como la conectividad.
Un paso hacia ciudades más humanas
En un contexto marcado por el cambio climático, la saturación del transporte y la demanda de una mejor calidad de vida, acercar el empleo al hogar no es solo una tendencia. Es, cada vez más, una necesidad urgente y una oportunidad para repensar la ciudad.
