El 70% del agua de lluvia se evacúa por el drenaje profundo, en lugar de aprovecharse para recargar los mantos acuíferos
Durante su participación en una conferencia de prensa organizada por Owens Corning, el arquitecto paisajista Mario Schjetnan, director del Grupo de Diseño Urbano, advirtió que si la Ciudad de México no atiende el problema del agua, no tendrá futuro.
“La Ciudad de México, si no toma una decisión importante en la recuperación hídrica, no tiene sustentabilidad, no tiene futuro”, aseveró.
Bajo el concepto del ‘hexágono del agua’, el ganador del Premio Internacional de Paisaje Oberlander 2025, propuso un modelo integral que articula seis ejes: conservación de bosques, captación pluvial, infiltración natural y artificial, reciclaje de aguas grises, equidad en la distribución y gestión eficiente de redes hidráulicas.
Una ciudad que se seca y se inunda
Asimismo, Schjetnan explicó que el problema del agua en la capital no es solo de escasez, sino de desbalance. “Sacamos tres litros por cada litro que se infiltra en la ciudad”, dijo, y subrayó que el modelo actual es insostenible.
Además, expuso que el 70% del agua de lluvia se evacúa por el drenaje profundo, en lugar de aprovecharse para recargar los mantos acuíferos. “Primero nos estábamos muriendo sin agua, y ahora nos estamos ahogando por no haber diseñado una ciudad sustentable”, mencionó.
El arquitecto ejemplificó la contradicción climática de los últimos años: en 2023 la ciudad enfrentó sequías extremas, mientras que en 2025 ha llovido el doble del promedio histórico, sin que eso se traduzca en disponibilidad hídrica. “Todo ese exceso de agua se va fuera de la cuenca, hacia los ríos del Golfo de México”, lamentó.
Las fábricas del agua
Para Schjetnan, la solución empieza en los bosques que rodean la metrópoli, a los que llamó ‘fábricas del agua’.
Explicó que en zonas como el Desierto de los Leones y la Sierra del Ajusco caen más de 1,500 milímetros de lluvia al año, el doble que en la capital. Sin embargo, la deforestación y la urbanización descontrolada han reducido su capacidad de retención e infiltración.
“Conservar esos bosques es una cuestión de sobrevivencia, no de paisaje”, insistió, y agregó que sin una política metropolitana para proteger y restaurar las serranías, será imposible garantizar el abasto en las próximas décadas.
De la teoría a la práctica
Por otro lado, Schjetnan, quien es responsable de proyectos como el Parque Ecológico de Xochimilco, La Mexicana, y el Parque Bicentenario, presentó ejemplos concretos de infraestructura verde y azul desarrollados por su despacho.
Destacó el caso del Tecnoparque de Azcapotzalco, proyecto pionero en ‘descarga cero’, donde toda el agua de lluvia se capta en techos, se infiltra a 50 metros de profundidad y las aguas grises se tratan in situ para riego.
“Es posible reciclar y retener el agua dentro de la ciudad”, dijo, explicando que estas prácticas no solo alivian el estrés hídrico, sino que embellecen el entorno urbano y generan espacios públicos de convivencia.
Un llamado urgente
Schjetnan pidió pensar en la gestión del agua no como una cuestión técnica, sino como un proyecto de supervivencia colectiva:
“No sabemos si el 2027 será un año con agua o sin agua. Pero si seguimos sin infiltrar, la ciudad colapsará”.
Finalmente, propuso replicar modelos exitosos de captación e infiltración —como los del Parque Bicentenario y Tecnoparque— en toda la capital. “Si no tomamos esto en serio, en 20 o 50 años la Ciudad de México no tendrá agua. No hay futuro sin una ciudad sustentable”, concluyó.









