Los asentamientos informales y áreas suburbanas están más expuestas a desastres naturales, escasez de alimentos y otras crisis, como el Covid-19
De acuerdo con ONU-Habitat, el programa de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos, existen algunos ‘puntos débiles’ que pueden dificultar la respuesta de las ciudades a una pandemia.
Dichos puntos débiles son aquellas áreas de las ciudades que cuentan con características como:
- Hacinamiento. Una alta densidad de población que no corresponde con la prestación de servicios o el espacio adecuado para vivir y circular.
- Conectividad limitada o deficiente. Los hogares y comunidades están aisladas de las zonas vecinas de la ciudad; debido a la falta de transporte público o incluso por barreras físicas.
- Ubicaciones vulnerables. Áreas de alto riesgo, como las llanuras aluviales, las riberas de los ríos o los vertederos; que representan una variedad de peligros para la salud.
Los asentamientos informales y barrios marginales son los que enfrentan estas problemáticas. Y, por consiguiente, están más expuestos a desastres naturales, escasez de alimentos y otras crisis, como el Covid-19. Así como a otros factores de riesgo que aceleran la propagación de la infección; incluido el saneamiento inadecuado, la falta de acceso a agua potable, entre otros.
Sin embargo, las áreas suburbanas y sus habitantes también están en desventaja al responder y recuperarse de una crisis. Esto porque sus tipologías espaciales no permiten con facilidad los usos alternativos de infraestructura.
Por ejemplo, las áreas que no son de uso mixto y que dependen del uso de vehículos particulares, tienen una reducida tipología de edificios e infraestructura; por ello, hay menos flexibilidad para adaptar estos espacios temporalmente para enfrentar las crisis como lo es en áreas urbanas más heterogéneas.
Accesibilidad
En las zonas urbanas de uso mixto se pueden encontrar mercados, farmacias, escuelas, oficinas, instalaciones recreativas y espacios abiertos en el mismo vecindario; lo que permite a sus residentes acceder a ellos con facilidad.
Por otro lado, en las áreas suburbanas, diseñadas para automóviles, los supermercados concentran a cientos de compradores en el mismo espacio; lo que crea condiciones de propagación del virus. Esto sin mencionar la contribución con la congestión de las carreteras, la contaminación y un estilo de vida relativamente sedentario.
Asimismo, en las afueras de las ciudades se ha seguido un patrón de casas unifamiliares o fraccionamientos; que no siempre cuentan con infraestructura para la recreación y el esparcimiento cercano y su acceso depende del automóvil.
Restricciones en la actividad física
ONU-Habitat destacó que las implicaciones para la salud por vivir en áreas asociadas con la expansión suburbana también pueden poner a los residentes en desventaja; pues diversas investigaciones señalan que «el mecanismo más obvio a través del cual un entorno en expansión afecta la salud es una estructura que restringe la cantidad de actividad física que las personas realizan de manera rutinaria a diario».
Lo anterior impacta particularmente en la población de la tercera edad y de escasos recursos; quienes tienen menos acceso a vehículos privados para superar los desafíos espaciales de la vida suburbana.
“De acuerdo con una encuesta de EE. UU., las personas que viven en los suburbios tenían grados más altos de hipertensión, artritis, quejas abdominales y dolores de cabeza; así como tasas significativamente más altas en dificultades respiratorias. La accesibilidad limitada a la calle parece ser uno de los factores centrales en la decisión -y la capacidad- de caminar, con una asociación significativa con la hipertensión y los problemas cardíacos elevados”, indicó la agencia.
Contaminación
Las dificultades respiratorias también son el resultado de la contaminación del aire como consecuencia del aumento del transporte motorizado.
Además, cabe mencionar que, tanto la hipertensión como las enfermedades respiratorias, pueden aumentar el riesgo de que las personas reaccionen gravemente al Covid-19 o tengan dificultades para recuperarse.
“Si bien sigue siendo difícil obtener tasas de infección precisas, está claro que las comunidades que viven en puntos débiles tienen una mayor vulnerabilidad al Covid-19. Se necesitan medidas correctivas urgentes, dirigidas a estos puntos débiles y sus poblaciones más vulnerables; para garantizar que las ciudades y las regiones metropolitanas tengan una capacidad de recuperación a largo plazo”, mencionó ONU-Habitat.