El mexicano, considerado maestro del ladrillo, decía que la arquitectura es el único arte presente las 24 horas del día en la vida del ser humano
Considerado como uno de los personajes clave dentro de la historia de la arquitectura mexicana del siglo XX, el reconocido arquitecto Carlos Mijares Bracho, quien falleció el pasado 19 de marzo a los 84 años de edad, señalaba a esta disciplina como un arte con el cual los seres humanos convivimos en todo momento.
Mijares Bracho realizó sus estudios profesionales en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y años más tarde fungió como docente de la misma, así como de otras universidades mexicanas como la Iberoamericana.
Además, fue titular y profesor del Taller de Proyectos de Restauración de Monumentos Históricos en la UNAM; miembro fundador del Seminario de Historia de la Arquitectura en la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM, y coordinador del Departamento de Enlace y Cultura de la misma institución.
Asimismo, fue académico de número de la Academia Mexicana de la Arquitectura; fundador y presidente de Menhir, Investigación y Difusión de la Cultura Arquitectónica, A.C.; integrante del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; miembro honorario de la Sociedad de Arquitectos Restauradores A.C.; y miembro del jurado de la Bienal de Arquitectura de México, entre otras.
Su estilo y amor por la arquitectura
Para Carlos Mijares Bracho la arquitectura es el único arte presente las 24 horas del día en la vida de los seres humanos, por lo que la consideraba particularmente compleja, intrigante y maravillosa.
Además, tuvo un estilo que marcó su obra en torno a las facultades estructurales, visuales y físicas en general, del tabique rojo o de barro, material natural muy reconocido en la región.
El arquitecto llegó a ser considerado como maestro en el manejo del tabique, debido que usaba este material en la mayoría de sus obras, y decía que a éste le tenía un especial afecto, cariño y respeto, por lo que, incluso, lo convirtió en su bandera de inspiración.
Afirmaba que aprender bien el oficio permitía a los arquitectos hacer poesía pero siempre destacó que era muy importante respetar los paisajes y convertirlos en estímulos para la creación de las obras arquitectónicas.
El trabajo profesional
Dentro del legado que dejó Carlos Mijares Bracho, destaca su obra en la arquitectura industrial, religiosa y residencial, así como su reinterpretación de los sistemas constructivos tradicionales.
Entre los trabajos más reconocidos del arquitecto mexicano resaltan la Christ Church de la Ciudad de México (1988-1990), la parroquia del Perpetuo Socorro de Ciudad Hidalgo, Michoacán (1968-1983), la capilla del panteón de Jungapeo, en el estado de Michoacán y la Fábrica de Vehículos Automotores Mexicanos, en Toluca (1964).
Además, la Casa Mijares, Casa Fernández y la Casa Díaz Barreiro, en la Ciudad de México; el Centro de Cómputo del Gobierno del Estado en Morelia, Michoacán; y los edificios industriales de Fertilizantes del Bajío, en Salamanca.
En Zipaquirá, Colombia, construyó la Catedral de Sal, así como el Espacio Lúdico, en Bogotá. Es autor de proyectos de revitalización urbana en el Estado de México y en Morelos, en lugares como Cuautitlán, Yecapixtla y Tlayacapan.
En el año 2004 donó su archivo personal a la UNAM, el cual está compuesto por planos, fotografías, libretas, maquetas, por mencionar algunos, y es resguardado por el Archivo de Arquitectos Mexicanos de la Facultad de Arquitectura.
El reconocimiento de su talento
En el año de 1994 obtuvo el Premio Luis Barragán a la excelencia en el ejercicio de la práctica profesional, por el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México; así como el Premio Universidad Nacional, en el área de arquitectura y diseño en el año 2001.
Además, en 2013 fue reconocido a través de la Medalla Bellas Artes, máximo galardón que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), por contar con una de las trayectorias que más se ha distinguido dentro de la dimensión estética de la arquitectura.