Estos deben ser reutilizables, reciclables y recuperables
El término materiales de construcción sostenibles, se refiere a aquellos que son duraderos y sean amigables con el medio ambiente, los cuales puedan reutilizarse, reciclarse o recuperarse, y se han convertido en una alternativa que varios países utilizan para disminuir el uso de recursos naturales y aprovechar residuos como plástico, vidrio, cartón reciclado e incluso fibras obtenidas de la mezclilla, para materiales de construcción.
Algunos ejemplos de estos son la creación de paneles que pueden reemplazar la madera a partir de los desechos del cultivo de sorgo y trigo; azulejos hechos con coco; la sustitución del cemento por cenizas de bagazo y caña de azúcar; la utilización de vidrio reciclado; ladrillos y tejas a partir de residuos de minería, los cuales pueden durar hasta 250 años, entre otros.
Por otro lado, se han creado opciones a partir del aprovechamiento de residuos agrícolas, por ejemplo, de los desechos producidos por las industrias minera y azucarera, y elementos naturales como el cáñamo y la leche, dentro de lo que resalta la creación de una pintura a base de proteína de leche, cal, arcilla y pigmentos minerales, la cual es biodegradable y durable.
Además de la creación de ladrillos reciclados a base de botellas plásticas usadas o residuos de minería; nuevos cementos a partir de cenizas de bagazo; fachadas ecológicas hechas de corchos; el uso de pintura biodegradable, paneles ecológicos y el bambú – guadua, este último se ha convertido en un material muy útil, gracias a su resistencia y flexibilidad.
Estas tendencias constructivas, se han implementado con la finalidad de reducir los desechos derivados de la construcción y aprovechar otro tipo de materiales; es considerado más caro que el tipo de construcción convencional, pero, además de ser benéfico para el medio ambiente, la inversión se muestra con ahorro de energía para el usuario.
También, México se ha distinguido por su liderazgo y avances en el desarrollo e implementación de programas de vivienda social sustentable, como lo son el Programa de Acciones de Mitigación Nacionalmente Aceptadas (NAMA) y la Estrategia Nacional de Vivienda Sustentable (ENVS).
Estas primeras son acciones voluntarias realizadas en el país para la reducción de las emisiones del gas efecto invernadero, a través de políticas nacionales y con un contexto de desarrollo sustentable de manera medible, reportable y verificable, y debe estar soportada por financiamiento, tecnología y desarrollo de capacidades.
Mientras que la segunda, liderada por la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), el Instituto Nacional del Fondo de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), entre otros, con el apoyo de la Embajada Británica en México y a través de la Fundación Idea, es un documento que cumple con el objetivo de crear un sector de la vivienda en el país, más amigable en el tema ambiental.
Finalmente, se ha demostrado que los materiales sostenibles de construcción más utilizados son las pinturas y tratamientos para madera y los materiales para asilamientos; la madera tiene menor impacto ambiental en producción y ciclo de vida, ya que debe ser certificada para asegurar su origen sostenible.
